Las fuerzas del gobierno sirio lanzaron el domingo cientos de misiles hacia una zona controlada por rebeldes que está cerca a los Altos del Golán que ocupa Israel, dijeron activistas. Esta es la última fase de una ofensiva para expulsar a los rebeldes del sur de Siria.
La ofensiva comenzó en junio, después de que el gobierno aseguró el control de la mayor parte de la provincia de Daraa. El domingo, el primer grupo de combatientes armados y sus familiares salieron de la ciudad de Daraa, la capital de la provincia, en autobuses que los llevarían a la provincia de Idlib, controlada por insurgentes, en el norte.
Pactos parecidos en otras partes de Siria resultaron en la evacuación de miles de combatientes de oposición y civiles, evacuaciones que según las Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos son desplazamientos forzados.
El presidente Bashar Assad dijo el domingo que la exitosa expulsión de la oposición de Daraa simboliza la voluntad de su ejército y las fuerzas aliadas para «liberar a todos los territorios sirios» de «terrorismo».
En los últimos meses, respaldados por la fuerza aérea rusa, el gobierno sirio ha retomado control de más del 60% de todo el territorio nacional que estaba bajo control rebelde.
Assad habló durante una reunión el domingo, cuando lo visitó Hossein Jaberi Ansari, funcionario del Ministerio de Exteriores de Irán. La oficina de Assad dijo que ambos acordaron que la «erradicación del terrorismo en la mayor parte del territorio sirio ha allanado el mejor camino para lograr resultados a nivel político» que podrían poner fin a la guerra en Siria.
Damasco califica a todos los grupos armados de oposición como «terroristas» y dice que el Occidente, Turquía, Israel y países regionales están apoyando a los insurgentes.