Al grito de «íSi el papa fuera mujer, el aborto sería ley!», varias decenas de manifestantes se concentraron el miércoles en los alrededores de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela para exigir a esa instancia que legalice el aborto en la nueva carta magna del país.
Entre pancartas en las que se leía «ni una sola mujer muerta por el aborto clandestino», varios movimientos feministas que simpatizan con el gobierno acudieron a la Constituyente para consignar un documento a favor de que se despenalización del aborto en el nuevo texto constitucional.
El Código Penal venezolano prohíbe expresamente el aborto y establece prisión de entre seis meses a dos años a quienes lo realicen.
A las afueras de la Constituyente, la presidenta de la comisión por los derechos de la Mujer, María León, recibió el documento de los movimientos feministas y se comprometió a llevarlo a la nueva directiva del cuerpo que encabeza desde la víspera Diosdado Cabello, el segundo hombre del partido oficialista.
León dijo a la prensa que espera que la despenalización del aborto sea discutida en el seno del cuerpo, y que la Constituyente «pueda pasar a la historia como la constructora del socialismo feminista», anuncio que fue celebrado por las activistas bajo la consigna de «victoria, victoria, popular».
La Constituyente, que se instaló en agosto del año pasado en medio del rechazo de numerosos países de la región y la Unión Europea, hasta la fecha no ha mostrado avances en la redacción de un nuevo texto constitucional. Entre las primeras medidas que acordó el año pasado el cuerpo legislativo estuvo la destitución de la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, y la aprobación de una regulación para asumir las competencias legislativas de la Asamblea Nacional, que controla la oposición.
Por varias décadas los grupos feministas han luchado por la legalización del aborto pero ninguna iniciativa ha prosperado en Venezuela, un país mayoritariamente católico.