Pensar
Desigualdad comunicacional. En un mundo donde habitan unos 7 mil millones de habitantes solo la tercera parte (2,300 millones) tienen acceso al internet, (33% de la población) pero como en toda la distribución de bienes en el mundo, este acceso se encuentra concentrado en los países desarrollados que controlan el 80% con apenas el 20% de la población mundial, y tienen una población altamente conectada a las redes: en los EEUU cerca del 80% de la población esta contactada a internet, en Europa el 61.3%, lo sigue en conectividad América Latina y Medio Oriente con 40% y 36% respectivamente. Si bien los países asiáticos tienen el mayor número absoluto de conectados (45%) en el mundo- lógico por ser los de mayor población- el acceso de sus pobladores está limitado-sobretodo por medidas de restricción política en el caso de China e India- y el porcentaje de conexión de sus pobladores apenas alcanza el 26%. En cuanto al uso del Facebook, los números son aun menores, apenas mil millones de personas, 15 % de la población mundial lo tienen y también están concentrados en casi 80% en los países desarrollados. Igual concentración existe en los otros medios. En el mundo se publican unos 500 mil libros al año, existen más de 250 millones de periódicos, se venden 350 mil televisores y 2.5 millones de teléfonos celulares diariamente, se gastan más de 80 millones de dólares diariamente en videojuegos, entre otras cifras (Miniwatts Marketing Group. 2001-2012, www.exitoexportador.com).
Servicio de Agua. A pesar de que según los Indicadores de Desarrollo Mundial 2012, del Banco Mundial (BM), la proporción de personas en los países en desarrollo con acceso a una fuente «mejorada» de agua potable, se incrementó de 71 % en 1990 a 86 % en 2008, lo que significa que ya se cumplió los Objetivos de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la población sin acceso a agua potable, aun hoy en el mundo 1.800 millones de personas carecen de agua potable (al menos 20 litros por día de fuentes situadas a menos de un kilómetro). Esta carencia provoca 3.350 millones de casos anuales de enfermedades y más de 3 millones de muertes. De seguir los niveles de crecimiento y consumo actuales, dos de cada tres personas vivirá con graves problemas de agua hacia el año 2025. (http://data.worldbank.org.)
Entre 1990 y 2001 la Tierra padeció el azote de 2.200 desastres naturales relacionados con el agua. Desde 1900 han desaparecido el 50% de los humedales del mundo. El 70% del agua utilizada por la humanidad se destina a la agricultura sobre todo al regadío. El acceso inadecuado al agua, además de los riesgos de salud, refuerza la desigualdad de género dado que son las mujeres y las niñas quienes tienen que dedicar 2 o 3 horas por día a la recolección y el transporte de agua, con las consiguientes pérdidas educativas, de ingresos y de tiempo libre (Naciones Unidas/WWAP, Informe sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo, “Agua para todos, agua para la vida”. París, Nueva York y Oxford, Ediciones Unesco y Berghahn Books. 2005)
El agua es limitada y susceptible de agotarse si no se utiliza de forma sostenible. La extracción de un volumen de agua superior al que la naturaleza puede recargar en un ecosistema (insostenibilidad ecológica), así como un consumo de agua mayor que la parte que nos corresponde, teniendo en cuenta el derecho de otras personas (insostenibilidad social) constituye usos no sustentables de agua.
El agua es un bien común. El agua no es una invención humana. No puede confinarse ni se le pueden poner fronteras. Por su propia naturaleza se trata de un bien común. Nadie puede adueñarse del agua, convirtiéndola en propiedad privada vendiéndola como si de una mercancía se tratase. (Vandana Shiva, 2005).
Junto a las graves deficiencia en el servicio, otros países, como los de África Occidental, sufren, desde hace unos 3.000 años, fuertes sequías, algunas que han durado hasta un siglo, debido a fenómenos de calentamiento y enfriamiento de las aguas del Océano Atlántico.
Servicio de electricidad. 1.600 millones de personas carecen de electricidad y unos 2.500 millones dependen de la biomasa (leña, carbón o excremento animal) para cubrir sus necesidades energéticas; en África Subsahariana más del 80% de la población no accede a energías modernas, al igual que más de la mitad de la población de China e India (PNUD, 2007-2008: 43 y 45). El uso de la biomasa tradicional afecta gravemente a la salud debido a la contaminación en lugares cerrados por el uso de combustibles biológicos no procesados (1,5 millones de muertos por año); y acentúa la desigualdad de género pues las mujeres y las jóvenes deben recolectar leña y/o excremento animal por 2 o 3 horas acarreando pesadas cargas, además de abandonar la escuela por ese motivo. Continuará…
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