Las circunstancias límites nos enseñan mucho sobre los demás y nosotros mismos. El 25 de enero del 2010 ingresé a la clínica Razetti para ser operada al día siguiente con carácter de urgencia, por complicaciones derivadas de una mala praxis médica que casi me manda al otro mundo dos meses antes en otra prestigiosa clínica. Lo que debió ser una sencilla operación de vesícula, se convertiría en un periplo quirúrgico que abarcó cinco meses y 4 intervenciones. Dos de ellas, las que me restituyeron a la vida normal, realizadas con un intervalo de veintiocho días, me retornarían la confianza en los médicos y la alegría de vivir que sigue acompañándome.
Conservo el informe que me fuera entregado a mi egreso, dos meses después. La firma el Dr. Hideki Amemiya Yoshioka, como médico del equipo quirúrgico del Dr. Manuel Alcalá, desaparecido por culpa del cáncer y el Dr. Ruy Medina. Los tres no solo cumplieron con su impecable ejercicio médico, sino un profundo sentido de compromiso y humanidad, que en el caso de Hideki, incluyeron conversaciones con parte de su historia de hijo de tenaces inmigrantes japoneses,que instalaran el primer negocio japonés en el Táchira.
Buen estudiante desde chiquito, ingresaría una vez culminado el bachillerato en la facultad de Medicina de la ULA en Mérida, donde se graduaría en 1993 y tres años después, gracias a una beca ganada a través del Ministerio de Educación del Japón, facilitada por el buen manejo del idioma japonés,cursaría los 6 años del Doctorado en Ciencias Médicas en el dicho país. Estuvo en el Primer Departamento de Cirugía del Hospital Universitario de Yamanashi de la Universidad Médica de Yamanashi, hoy integrado con la Universidad del mismo nombre.
Una vez realizado su PHD, regresó a Venezuela en el 2002 y comenzaría otro posgrado, ganado por concurso,en Cirugía General en nuestro Hospital Central Universitario, HCUAMP, de la UCLA, graduándose de especialista en Cirugía General en el 2007. Incorporado desde esa fecha como docente mediante concurso de oposición, en el Decanato de Medicina, es hoy, a sus 48 años, Profesor Asociado docente de Anatomía macroscópica II.Uno de sus dos hijos, sigue los pasos del padre.
Llevaría adelante investigaciones en el área de la biología molecular y celular del Cáncer Gástrico, específicamente en el estudio de protooncogenes. Sus investigaciones durante el doctorado incluyeron la manipulación de células cancerosas y tejidos con carcinoma para probar y descubrir nuevos métodos, que fueron compartidos con otros médicos investigadores en el mundo. Realizaría numerosas operaciones a lo largo de su carrera, en pacientes con cáncer, lo cual contribuyó en el mejoramiento de la calidad y extensión de vida de dichos pacientes. Su salario actual de profesor universitario —3 $— da vergüenza ajena.
Cada cierto tiempo, la vida de cada individuo, se torna paradojal. Pueden ser de diferente índole las paradojas, pero nos enseñan si estamos dispuestos a aprender. En el caso de Hideki Amemiya, la paradoja s grande. Hace 3 semanas le diagnosticaron Leucemia Linfocítica Crónica, estadio Binet (B), RAI (II). Apenas comienza el primer ciclo de la quimioterapia a la cual ha de seguir, un costoso trasplante de médula ósea en el exterior. Hoy le toca recibir en la rueda de la vida, la opción de seguir viviendo y trabajando. Sobran las explicaciones sobre la justeza deaspirar a tener las mismas esperanzas de vida que diera a sus pacientes.
Lo que no sobrará jamás es la capacidad de organización y solidaridad activa, de estudiantes, colegas, pacientes y amigos para ingeniar en esta crisis terrible, maneras de conseguir fondos para su causa de vida.
Es urgente viralizar en las redes su caso y etiquetar personas que pueden ayudar, con el hashtag #juntosconhideki y en el instagram @arcturus38. Figuras publicas como @nacho,@javierhalamadrid, @camilacanabal, @erikadlvoficial, @cuasimedico,@elgeorgeharris, @norkys_batista y cualquier ser que convoque no la compasión, sino la solidaridad efectiva.
El link para la colaboración económica es http://es.gofundme.com/hideki-bone-marrow-transplant-fund.
Hideki encarna hoy un ejemplo de circunstancia límite en un país donde la salud no tiene doliente, ni siquiera con quienes se han ocupado de ella. Hideki es también la posibilidad de encontrarnos con lo mejor que somos, en el ejercicio personal y colectivo de humanidad y solidaridad.