Ecuador dejó el viernes en manos de Colombia la resolución del secuestro de dos comerciantes en la región fronteriza que estarían en manos de disidentes de las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
El secretario particular de la presidencia, Juan Sebastián Roldán, dijo al canal Ecuavisa que «no tenemos contacto con los criminales. Esa pareja lamentablemente fue a Colombia, ellos fueron secuestrados en Colombia, todo el tiempo han estado en Colombia».
Roldán se refería a los ecuatorianos Oscar Villacís y Vanesa Velasco, raptados del lado colombiano de la frontera y de los que el grupo de disidentes liderados por alias «Guacho» envió una prueba de vida el 17 de abril. Desde entonces no hubo más información.
El funcionario agregó que el jueves el grupo antisecuestro de Ecuador entregó toda la información a su par de Colombia esperando que ese país «pueda solucionar el tema».
«Entenderá el pueblo ecuatoriano que si (los secuestrados) están en territorio colombiano todo el tiempo… Ecuador no puede hacer más de lo que ya ha hecho», aseveró.
A fines de enero el grupo liderado por alias «Guacho» emprendió una arremetida violenta en la frontera que comenzó con la explosión de un coche bomba que destruyó un cuartel policial seguida de otros ataques en los que murieron cuatro militares.
En marzo secuestró a un periodista, un fotógrafo y un chofer del diario ecuatoriano El Comercio que habían acudido a Mataje, en la frontera binacional, para una cobertura periodística. Los tres fueron luego asesinados y sus cuerpos aún no han sido entregados.
Los disidentes, que también se dedican al narcotráfico, han solicitado el intercambio de los cadáveres por tres miembros de su grupo detenidos en Ecuador y que este país rompa un acuerdo antinarcóticos con Colombia.
El viernes el ministro de Defensa colombiano, Luis Carlos Villegas, dijo a la radio local BLU que «no hay una sola hora, un solo minuto en que ese caballero y su grupo no estén asediados por la fuerza pública».
Por datos que permitan dar con el paradero de alias «Guacho» las autoridades de ambos países ofrecen una recompensa conjunta de más de 250.000 dólares.