La Periostitis Tibial es habitualmente descrita como el síndrome de los corredores principiantes, ya que aparece por entrenar con calzados inadecuados, terrenos muy duros, o problemas biomecánicos que solo se detectan cuando uno empieza una actividad como el correr o tras el inicio de un programa de entrenamiento, después de un largo periodo de inactividad.
¿Cómo podemos prevenir su aparición?
Vigila el exceso de kilómetros semanales. Ve aumentando de forma progresiva para que el cuerpo se vaya adaptando.
Vigila los ritmos, ¡no te pases!. Al igual que el volumen de kilómetros el ritmo de entreno y competición debe de incrementarse paulatinamente.
Utiliza las zapatillas adecuadas para tu pisada, volumen de entrenos, ritmo y superficie por la que corres.
Vigila el desgaste de tus zapatillas, exteriormente pueden parecer nuevas pero con el paso de los kilómetros (a partir de 900 aprox.) sus cualidades técnicas y de amortiguación comienzan a deteriorarse.
Realiza ejercicios específicos para mejorar la técnica de carrera (con unos 10 minutos un par de veces por semana es suficiente), el apoyo excesivo en el talón es perjudicial.
Evita rodar en exceso por asfalto, terreno muy duro o sobre circuitos muy sinuosos con subidas y bajadas muy pronunciadas.
Evita rodar en exceso por terrenos muy inestables como la arena de la playa.
No te saltes los días de descanso, ¡son parte fundamental de cualquier plan de entrenamiento!
No corras siempre por el mismo circuito y en la misma dirección, los apoyos serán siempre muy parecidos y provocarán la lesión por “exceso de repetición”.
¡¡Estira!!, no olvides tu rutina de estiramientos.
Nota. Lo recomendable es alternar el tipo de superficie y entreno, por rodar en asfalto, cuestas, etc. no tenemos por qué lesionarnos pero si los rodajes por estas superficies son continuados y de larga duración las posibilidades son mayores.