A Graciela Cifuentes, venezolana, y su hija Sol “les robaron su vida y sus sueños” una noche de marzo cuando las apuñalaron varias veces, las estrangularon y quemaron en su residencia en México. A la joven, además, la violaron.
El hecho que ocurrió en marzo pasado en la delegación Álvaro Obregón, de la Ciudad de México, hasta que Cleila Cifuentes, hermana de Graciela, y otros familiares, alzaron la voz para exigir una investigación y que se esclarezca el caso.
“La noche del 15 de marzo del 2018 la casa de mi querida hermana y mi amada sobrina fue asaltada por unos monstruos quienes les arrancaron la vida de una forma que va más allá de todas las atrocidades inimaginables”, expresó Cleila en una carta que envió a la organización Feminicidio Activismo.
Benjamín Vargas, ex pareja de Graciela, dijo que las autoridades informaron al principio a la familia que se trataba de un incendio, pero luego les notificaron que no “se trataba de un accidente, sino de un ataque. Las habían matado”.
Graciela Cifuentes es la quinta venezolana asesinada en México desde el 2017.