Ante la indiferencia de las autoridades oficiales a los venezolanos no les queda otra alternativa que protestar. Tomar las calles para gritar su descontento; penurias que a diario se traducen en manifestaciones motivadas por el hambre, la escasez y la muerte.
Un viacrucis es apenas la punta Iceberg. Los pacientes crónicos amenazan con una Hora Cero o una huelga de hambre. Se sienten condenados, así que cualquier grito de auxilio por salvar sus vidas de un desenlace aún más triste, es poco.
Aferrados a la fe
Representando los pasos que dio Jesús en su camino al calvario, los pacientes crónicos, jubilados, pensionados, defensores de los Derechos Humanos y sociedad civil, recorrieron este Martes Santo el casco central de Barquisimeto. Partieron de la plaza Altagracia y llegaron a la iglesia Concepción. Cumplieron con 15 estaciones o paradas, donde esbozaron la triste realidad que los agobia.
Tienen miedo y ante la ausencia de recursos que procuran calidad de vida, se aferran a la fe, a sus rosarios y pancartas que reflejan frases como “no más muertes” “no queremos morir” “queremos vivir”.
No hubo impedimentos para aquellos que se sumaron al viacrucis con sus andaderas, bastones o tapabocas.
La oración y los cantos caracterizaron esta simbólica jornada de protesta. Todos son protagonistas.
Un viacrucis, muchos rostros
La restitución de los derechos que hoy pisotean las instituciones del Estado es la súplica de todos.
En la primera estación (plaza Altagracia) Jesús es condenado. Allí tuvo lugar la concentración de los pacientes crónicos y organizaciones que defienden los derechos humanos.
La Defensoría del Pueblo fue la segunda estación, donde Jesús carga la cruz. Allí el señor Héctor Daniel Colmenárez, de la Fundación Amigos del Paciente Renal, señaló que los pacientes crónicos se sienten condenados a muerte y que ahora sus vidas son más tristes.
“Tengo ganas de llorar”, fueron sus palabras antes de ofrecer declaraciones a EL IMPULSO.
La tercera parada (Jesús cae por primera vez) tuvo como centro la iglesia San José, donde se expresaron representantes del Movimiento Libertad.
Jesús encuentra a su madre, así se denominó la cuarta estación. Fue en el Teatro Juares.
Seguidamente, en este recorrido por las principales instituciones encargadas de garantizar los derechos de los ciudadanos, el viacrucis se detuvo en la Zona Educativa. Simón de Cirene lleva la cruz de Jesús fue la quinta estación. Aquí los educadores hicieron eco de todas las injusticias que padecen, sobre todo los jubilados y pensionados, quienes sostienen que la pensión es sal y agua.
Las voces de las ong han sido necesarias para enfrentar la actual situación
La Asociación Civil Madres y Padres por los Niños en Venezuela (Mapani), se encargó de la sexta estación, que se ubicó en la entidad bancaria de la carrera 19 con 24. La Verónica enjuaga el rostro de Jesús.
Gretna El Halabi, directora, señaló que cerca de 280 mil niños podrían morir por desnutrición. Destacó que tal debilitación del organismo es hoy en día un problema de salud público.
En la Gobernación de Lara, como séptima estación, donde Jesús cae por segunda vez, la doctora Luzmila González de Médicos Unidos, tomó la palabra.
“Desde 2013 hemos denunciado la profunda crisis sanitaria, que en 2018 nos lleva al colapso del sector salud. Estamos privados de medicinas y alimentos, casi 90% de los centros de salud están inoperativos”.
A juicio de González aún el gobierno niega la emergencia humanitaria.
“Los hacemos directamente responsables de la muerte y severos daños a la salud de los más afectados”.
Lo propio hizo el profesor Nelson Freitez, de la cátedra de Derechos Humanos de la UCLA, quien enfatizó que “no puede ser que se ordene reprimir a quienes tienen el derecho constitucional de exigir su salud y su vida. Que sepa muy bien la autoridad que preside esta institución que el pueblo de Lara no va aceptar que se violen los derechos humanos de los pacientes crónicos que no tienen medicinas”.
Jesús consuela a los santos fue la octava estación. La parada se hizo frente al Consejo Legislativo del estado Lara.
En la iglesia San Francisco, novena estación, Jesús cayó por tercera vez. En este espacio la psicólogo Yubiris Terán se refirió a esa desesperanza que embarga a la sociedad, a la frustración ante no saber qué preparar para el almuerzo o qué ruta tomar, cotidianidades que se han vuelto un calvario. “Nos sentimos cansados pero no podemos perder la fe”.
La señora Nayibe López, fue la madre encargada de expresarse en la parada número diez que se hizo en el área de procesados del Edificio Nacional. Jesús es despojado de sus vestiduras.
“Las madres padecemos en los tribunales, esperando la respuesta de un juez, esperando que nos atiendan. Pasan días, meses, años, a la espera de un juicio, a la espera de la libertad”.
En ese lugar el Foro Penal extendió una pancarta en señal de su participación. El abogado Abraham Cantillo, defensor de numerosas causas, fue uno de los asistentes. Esta fue la estación número once. Jesús es clavado en la cruz.
Las últimas estaciones: Jesús muere en la cruz, Jesús es bajado de la cruz, el cuerpo de Jesús es depositado en el sepulcro y Jesús resucita victorioso se desarrollaron frente a la Alcaldía de Iribarren, plaza Bolívar, Seniat e iglesia Concepción, respectivamente.
Testimonios
Edgar Silva, coordinador nacional del Comité de DDHH de pensionados, jubilados y adultos mayores
“Padecemos un viacrucis, las autoridades encargadas del bienestar, nos están haciendo pasar hambre, miseria, muerte por falta de medicinas, deterioro de las instituciones, éxodo, entre otros. Los pensionados no consiguen las medicinas y si las encuentran tampoco las pueden comprar con 507 mil bolívares. Los pacientes renales se están muriendo porque no tienen diálisis y los pacientes oncológicos porque no hay radio ni quimio. El hambre nos está matando a todos porque aunque estemos sanos estamos comiendo menos. Si la ONU llega a entrar a Venezuela, cuando lo haga, va a conseguir son restos de venezolanos”.
Héctor Daniel Colmenárez, presidente de la Fundación Amigos del Paciente Renal
“Los pacientes renales tenemos 20 años sufriendo un viacrucis. Esta situación se ha agudizado. Nos enfermamos de los riñones porque no hay insulina para tratar la diabetes, ni antihipertensivos para controlar la tensión. Este gobierno nos condenó injustamente a morir, tal y como ocurrió con Jesús. Más de 15 mil personas en diálisis en el país estamos condenados a muerte. Más de 3.000 trasplantados no tienen medicamento. 75% de los venezolanos son diabéticos y están condenados a muerte. Más del 80% sufren hipertensión y no hay pastillas. La angustia nos carcome porque no hay camas en los hospitales, los médicos se han ido, no hay transporte, no hay efectivo, no hay comida. El hombre de hoy que luchó para ser libre en democracia está condenado. La fuerza del pueblo tiene que resucitar en la calle. Los pacientes crónicos hemos dicho que moriremos luchando en la calle”.
Manuel Virgüez, director de Movimiento Vinotinto
“Nosotros en determinadas oportunidades nos hemos referido al viacrucis que sufren las personas para el acceso a la educación, el viacrucis que padecen las personas en virtud del acceso a los alimentos y medicinas. El viacrucis de los presos políticos cuando no tienen justicia. Venezuela está bajo una tormenta perfecta: un viacrucis que se traduce en una crisis económica, política y social. Un viacrucis político porque no se encuentra una salida a corto plazo. El viacrucis que también representa la diáspora porque Venezuela ya es referencia a escala mundial debido al éxodo. Este fenómeno migratorio es uno de los más masivos de la humanidad”.
Yonaide Sánchez, directora de Transparencia Venezuela en Lara
“Acompaño el viacrucis por el derecho que todos los venezolanos tenemos a una vida libre de corrupción. Tenemos derecho a vivir como una sociedad honesta, basada en la confianza y reciprocidad, donde los ciudadanos podamos estar tranquilos y seguros de que los dineros públicos están administrados por funcionarios probos, que esos dineros se van a convertir en bienes, productos y servicios. Una de las causas fundamentales de que la gente no tenga medicinas, alimentos, servicios y seguridad es la corrupción. ¿Dónde está el billón de dólares que entró estos años al país? ¿Dónde están los más de 300 mil millones de dólares que se fueron por el desaguadero del control de cambio? ¿Dónde están los 25 mil millones de dólares que desaparecieron a través de empresas fantasmas en Cadivi? Denunciamos que en país hay un diseño de Estado hecho para robar.