Como si los venezolanos no tuviesen suficiente con la crisis política y socioeconómica, el icónico concurso de belleza Miss Venezuela fue salpicado por insultos y acusaciones de corrupción entre exconcursantes en las redes sociales, que llevaron a los organizadores a negar vínculos con delitos.
El Miss Venezuela ha sido por décadas motivo de orgullo para millones de personas en un país que se jacta de ser una fábrica de reinas de belleza, habiendo ganado siete veces el Miss Universo y seis el Miss Mundo.
Sin embargo, el peor rostro de algunas misses apareció el fin de semana con intercambios de mensajes virales en los que se llamaban «zorras», «prostitutas» y «enchufadas», un término usado peyorativamente contra quienes supuestamente se benefician de la corrupción del chavismo.
El escándalo estalló cuando una cuenta en Instagram (@OsmideJesus) difundió imágenes de la exmiss Zoraya Villarreal en actos públicos con la fundación del empresario Diego Salazar, arrestado por una multimillonaria trama de corrupción en la petrolera estatal PDVSA.
La publicación desató un fuerte cruce de insultos entre una decena de exmisses y animadoras de televisión, entre ellas Annarella Bono, quien salió en defensa de Villarreal, insinuando que otras exconcursantes estarían involucradas en casos de corrupción y favores sexuales.
«Todas son unas zorras y aquí todo el mundo las alaba. La arrechera [rabia] que me da es que las únicas enchufadas somos nosotras», escribió Bono, exesposa de un militar de alto rango, quien en un posterior video mencionó expresamente a varias de ellas e incluso a una profesora de pasarela en el certamen.
«No, mijita: búscate un psiquiatra», le respondió la presentadora de televisión y exmiss Angie Pérez.
En otros mensajes, la exconcursante Hannelly Quintero acusó de participar en «guisos» (negocios ilegales) a otra de ellas, Stefanía Fernández, Miss Venezuela 2008 y ganadora del Miss Universo en 2009.
«Repartían alegría a los más necesitados y a ellas les llenaban la cuenta de dólares», ironizó sobre las actividades de la fundación de Salazar.
Salazar es primo de Rafael Ramírez, hombre fuerte de PDVSA en el gobierno del fallecido Hugo Chávez y actualmente solicitado en Venezuela por corrupción tras romper con el presidente Nicolás Maduro.
Los intercambios de insultos causaron tal revuelo que los organizadores del Miss Venezuela salieron al cruce este jueves con un comunicado.
Cisneros Media y Venevisión, empresas dueñas de los derechos, «desean aclarar que: No tienen conocimiento de los hechos descritos, ni están involucradas en ninguna de las actividades que sus empleados, candidatas, asesores, representantes o asociados realicen fuera de las acciones propias del concurso», señaló el texto.
Las compañías dijeron estar «enfocadas» en la reorganización del espectáculo tras la renuncia en febrero pasado de Osmel Sousa, cubano-venezolano de 71 años que lo presidía desde la década de 1970, conocido como «el zar de la belleza».
«La decencia estuvo ultrajada, destrozada y casi asesinada este fin de semana en las redes», criticó Mariangel Ruiz, ganadora del Miss Venezuela en 2002 y primera finalista del Miss Universo en 2003.