Paladares sedientos discurren en la corriente que decanta en protestas diarias en las calles de barriadas del estado Lara, por la falta de agua en los hogares de la región.
Si de causas se trata, al menos no es la sequía la razón de esta escasez. Ha estado lloviendo en la zona en los últimos meses.
Tampoco registran cotas bajas los niveles de la represa Dos Cerritos, a unos cinco kilómetros de El Tocuyo.
Suficiente y no llega
Este embalse, cuyo nombre es Félix de los Ríos, hoy posee suficiente agua para abastecer el 70% de las comunidades larenses, principalmente Jiménez, Morán e Iribarren gracias a que no solamente se alimenta de la escorrentía pluvial, también lo hace del río Tocuyo, principal proveedor del líquido que allí se represa.
Más agua y mayor sequía
Asimismo, el embalse Atarigua, en la parroquia Castañeda, municipio Torres, se encuentra en su capacidad estable para garantizar el suministro de agua a las 17 parroquias de Torres, incluyendo Trinidad Samuel, capital Carora. Esta población cuenta además con los embalses Los Quediches, carretera Lara Zulia, parroquia Las Mercedes, y El Ermitaño, en Quebrada Arriba, parroquia El Blanco, también con agua.
No obstante, pese a estas masas de agua en el estado, a las que se le suman en Barquisimeto los pazos de Macuto y las corrientes de Río Claro no se justifican las diarias protestas vecinales por la falta de este preciado mineral.
Aumenta población y no sistemas hidráulicos
Uno de los factores directamente perjudiciales causantes de escasez de agua en Lara ha sido la ausencia de una política gubernamental hidráulica que expanda el servicio por toda la región y contrarreste la actual situación.
Se suma, de menor impacto, la sustracción y daños de equipos mediante incursiones vandálicas en pozos surtidos por acuíferos en zonas como el sur y oeste de Barquisimeto, reportados oportunamente por Hidrolara.
Mina secaría pozos y ríos en Torres
Respecto a Carora, Hidrolara apagó los cuatro motores de la represa Los Quediches, ante una aparente sequía, y dejó sin agua a dicha localidad; aunque el aparente interés de algunos “inversionistas” porque desaparezca este importante embalse sería la visión de explotar una mina de Sílice en el lugar.
Ya lo advirtió el año pasado en EL IMULSO, Nelson Campos Oropeza, miembro activo de la Red de Instituciones Larenses, la explotación de unas minas de sílice por parte de la compañía ‘Inesco S.R.L’ en Torres.
Oropeza expuso que de activarse dicha mina afectaría de manera significativa los pozos y caídas de agua natural ubicados en la zona, más las quebradas y ríos del lugar, acentuando el problema del agua que aqueja al municipio.
Situación hídrica es de años
El ex presidente de Hidrolara, Pedro Sánchez, en la sede de El IMPULSO en el seno de la reunión de la Red de Instituciones Larenses, calculó el último período de diecisiete años el tiempo en que ha estado creciendo la población de Lara y su vez el déficit de abastecimiento del vital líquido a los hogares, “para lo cual se requiere la inversión en la construcción y generación de nuevas fuentes de agua. En el estado, éstas vendrían dadas por el Sistema Hidráulico Yacambú- Quíbor y por el embalse Dos Bocas, este último sería construido en los límites entre los estados Lara y Portuguesa”.
De allí la importancia de que la ciudadanía sea partícipe en el impulso para la culminación del Sistema Yacambú- Quíbor y de la represa que también beneficiará al estado vecino, sugirió.
Recomendó rehabilitar el Sistema Alto Tocuyo, principal herramienta hidráulica que abastece a Barquisimeto, cuya data es de 40 años y requiere de una importante inversión de parte del ejecutivo nacional, para mejorar la calidad y funcionamiento de ese sistema, aunque su costo era hasta el año pasado de entre los 12 y 15 millones de dólares.
Cronología de acueductos en Barquisimeto
Barquisimeto primero se abastecía de las aguas limpias del Río Turbio, hasta que se contaminaron con las aguas negras de la ciudad.
En 1821, a su paso por Barquisimeto, el Libertador decreta la construcción del acueducto de Barquisimeto, el cual no se concretó porque Juan Galíndez, a quien Bolívar envió a comprar los materiales y equipos necesarios para la ejecución de la obra en la isla de San Tomás, falleció en dicha isla.
Fue en 1838 cuando Barquisimeto intentó traer agua por primera vez mediante un sistema de buco construido por una cañería de cal, ladrillo y piedra, con una toma del río Turbio a la altura del Garabatal, el cual fue paralizado.
Luego, en 1873 Guzmán Blanco decretó construir el primer acueducto para Barquisimeto, puesto en servicio el 5 de julio de 1876. Fracasó porque fue hecho en un canal sobre terrenos sin consolidar y llenos de fisuras. Cuando se le dio paso al agua, comenzó a notarse su pérdida por las hendiduras y grietas del terreno y el hundimiento de una gran porción del fondo del cauce.
Dicho acueducto fue reinaugurado en 1890. Esta vez con hierro Fundido y con agua del Titicare, bajo la administración del recién creado Ministerio de Obras Públicas (MOP).
Fue en el gobierno de Juan Vicente Gómez, en 1908, que se decretó el suministro de agua de acueductos como un servicio público de prestación obligatoria y gratuita por parte del Estado a sus ciudadanos.
En 1919, el Dr. Antonio María Pineda, después de varios estudios logró demostrar la contaminación del agua proveniente de Titicare y por ello en 1925 se construyó el primer almacenamiento de agua de Barquisimeto, llamado Caja de Agua, en la calle 48, con capacidad de 1.000 litros, situado en el sector que hoy se llama Caja de Agua.
El 15 de abril de 1943 fue creado el Instituto Nacional de Obras Sanitarias (INOS), actualmente Hidrolara, ente responsable del servicio de agua potable y aguas servidas en Lara.
