El Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Brasil examinará este martes un pedido de habeas corpus preventivo para evitar que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva sea arrestado para cumplir su condena a 12 años y un mes de cárcel por corrupción.
El STJ tiene la palabra final en todos los litigios civiles y criminales que no involucren cuestiones constitucionales; su fallo puede ser determinante para saber si Lula será detenido o podrá seguir recurriendo en libertad cuando agote los recursos de segunda instancia.
Con 72 años y favorito para ganar las elecciones de octubre, la figura central de la izquierda brasileña fue condenado en 2017 a nueve años y medio de prisión por aceptar un apartamento de lujo de una constructora involucrada en los sobornos a políticos del caso Petrobras.
La defensa del exmandatario (2003-2010) apeló, pero la condena fue ratificada unánimemente en enero por el Tribunal Regional Federal Nº4 (TRF4), de segunda instancia, que además amplió la pena a 12 años y un mes de encierro.
El exmandatario, que afirma ser víctima de una persecución para evitar que vuelva al poder, volvió a negar esos cargos a pocas horas del juicio en el STJ.
«El día que la policía o la Fiscalía general prueben que recibí un solo real saldré de la vida pública», afirmó en una entrevista con radio Metrópole, del estado de Bahia.
«Este proceso es como si aún estuviéramos en los tiempos de la Inquisición, donde no se necesitaban pruebas, apenas convicciones», añadió.
Tierra de recursos
El lunes por la noche, la defensa de Lula recibió otra mala noticia, cuando el Ministerio Público Federal (fiscalía general) pidió que una vez juzgado el recurso en la segunda instancia se corrobore «el inmediato inicio del cumplimiento de la pena».
Con el reloj en contra, los abogados de Lula apelaron ante el TRF4 y cursaron el habeas corpus preventivo al STJ -la tercera y penúltima instancia del sistema legal brasileño- que será debatido este martes por los cinco magistrados del área penal de esa corte.
Los debates empezarán a las 13H00 locales (16H00 GMT).
Si escogieran seguir la misma línea de su colega del STJ, el juez Humberto Martins, quien en enero lo denegó antes de enviarlo al plenario para una decisión colegiada, solo quedará saber cuándo finaliza la apelación en el TRF4 para saber si Lula va preso.
El exlíder sindical admitió que piensa «todos los días» en la posibilidad de ir a la cárcel, pese a proclamarse inocente de todos los cargos que se le imputan en los siete procesos penales que enfrenta en Brasil.
«Si me condenaran y me encarcelaran, estarían condenando a un inocente. Eso tiene un precio histórico. Si quieren tomar esa decisión, tendrán que cargar con la responsabilidad de lo que ocurra en este país», añadió, en una entrevista concedida la semana pasada a la AFP.
La decisión de este martes estará limitada al habeas corpus y no bloqueará otras herramientas legales que podrían cuestionar el fondo de la sentencia, incluso ante el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema), que se encarga de posibles violaciones a los derechos constitucionales de los ciudadanos.
De hecho, el equipo legal de Lula ya presentó otro habeas corpus preventivo ante la corte suprema para que pueda seguir en libertad. Ese recurso también fue rechazado preliminarmente y está pendiente de ser examinado por el plenario.
En paralelo a las cortes penales, la justicia electoral podría impedir que Lula se postule a las elecciones de octubre, por tener una condena ratificada en segunda instancia.
«Espero que las personas que me van a juzgar hoy en el STJ lean el proceso, lean las acusaciones y la defensa y permitan que el pueblo me juzgue en octubre», señaló el exmandatario en sus declaraciones radiales.