Apenas 118 mil bolívares les autoriza la estatal a los gandoleros que diariamente tienen que viajar a las refinerías ubicadas en Ulé y Bajo Grande en el estado Zulia.
Con esos recursos los trabajadores del gas deben costear el desayuno, almuerzo y cena, lo cual hoy en día es imposible.
Cada día estos venezolanos salen a las plantas gasíferas a cargar sus unidades, sin embargo, los viáticos ya no les alcanzan y han tenido que costear sus comidas con recursos propios.
Ante esta situación decidieron elevar su voz de protesta frente la Gobernación de Lara con el propósito de que la primera mandataria regional, Carmen Meléndez, eleve sus peticiones ante la presidencia de la República.
“No nos alcanzan 118 mil bolívares para comer. Un desayuno vale 300 mil bolívares, un almuerzo 400 mil bolívares y una cena 350 mil bolívares. Si nos dan los viáticos correspondientes nosotros prendemos las gandolas y vamos a echar gas, de lo contrario, es imposible continuar así”, exclamó Johnny Chaviel, vocero en la región.
Indicó que más de 70 trabajadores de la región Centroccidental y los llanos se encuentran afectados por esta realidad.
Por otra parte dieron a conocer que los mecánicos no tienen herramientas para trabajar, así como que buena parte de las unidades están inoperativas.
Aseguraron que los conductores de la flota pesada están ganando Bs 2 por kilómetro.
“Un viaje para Maracaibo nos representa Bs. 2.000. Ningún individuo puede vivir con ese sueldo”.
Mencionaron que en vista de que numerosas unidades están paralizadas, la estatal contrata un servicio externo que sí paga como debe ser.
“Mantienen una flota externa pero a la flota interna la dejan de lado. Ocurre que pagan y se dan el vuelto porque la gerente nacional, Elide Mellado, tiene un chanchullo ahí”.
Por otro lado expresaron que decidieron protestar porque agotaron todos los canales regulares; fueron a la Inspectoría del Trabajo y Defensoría del Pueblo, sin obtener respuestas.
Le hicieron un llamado al fiscal general de la República, Tarek William Saab, a fin de que investigue las irregularidades en torno a Pdvsa Gas Comunal.
Además expusieron que las refinerías Ulé y Bajo Grande se presentan un serio déficit de gas.
“No tenemos unidades de auxilio vial, no tenemos herramientas, nos dan viáticos que no nos alcanzan, nos quitaron la cesta navideña, no nos dan ningún tipo de beneficio, ni siquiera el Clap”, declaró Willys Azaque, conductor de gandola.
Puntualizó que los trabajadores del gas no están de paro, simplemente se están haciendo sentir porque de su bolsillo están financiando el viaje para hacerle llegar el gas al pueblo.
Adelantaron que como no están cargando las gandolas se agudizará el desabastecimiento de gas doméstico.