La mayoría de las personas afirman que no tienen tiempo para hacer ejercicio, meditación, orar o simplemente salir a recrearse, sin embargo, cuando llega la enfermedad a su vida el tiempo se hace más corto.
Así lo explicó Lara Márquez, psicóloga del Servicio Autónomo de Oncología del estado Lara (SAO), que funciona dentro del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, en una charla enmarcada en el programa “Lara Saludable”, de la Dirección Regional de Salud.
“Nos quejamos de la falta de tiempo pero cuando nos mandan un reposo por enfermedad pasamos el día entero en casa sin saber qué hacer”, señaló Márquez.
Recalcó que el tiempo está presente, sólo varía la conciencia individual sobre las prioridades vitales.
“Debo comprender que la media hora que me regalo a diario para orar, trotar, hacer yoga o meditación, puede marcar la diferencia en el resto de mi vida”, insistió.
Con estas actividades se puede lograr un buen manejo del estrés, el cual es un modulador del sistema inmunológico, que puede hacer que el organismo tenga menor capacidad de combatir los agentes agresivos dentro del organismo.
“El estrés impide que el proceso inmunológico se aplique de manera efectiva, esto aplica tanto a la persona enferma como a la sana, porque estarán más proclives a contraer cualquier tipo de infección o tener algún problema de salud”, explicó la psicóloga.
Por ello existen recursos físicos y emocionales que ayudan al manejo efectivo del estrés.
Desde el punto de vista de físico están las técnicas de respiración, relajación, masajes, acupuntura, entre otros.
En el área emocional mencionó el acompañamiento de un psicoterapeuta, bien sea de manera individual, familiar o de grupo, de manera que refuercen las herramientas para disminuir la angustia.
“Debemos hacer actividades que resulten placenteras, de tipo artístico, recreativo, religiosas. Estas últimas son fundamentales porque cuando centramos nuestra confianza en la protección de Dios los niveles de ansiedad bajan”, concluyó.
Comer bien
Por su parte, Ana Teresa Parra, coordinadora regional de nutrición, habló sobre la necesidad de cambiar los estilos de vida, entre ellos los relacionados a la alimentación.
“Debemos comer tres porciones de frutas al día, no sólo cambur y lechosa, existen otras como la guanábana, tamarindo, mango, que deben incluirse en la dieta diaria”, dijo Parra.
Se debe sumar el consumo de legumbres y vegetales, junto a la ingesta de agua, al menos un litro y medio por día.
“Esto reduce los problemas de estreñimiento en la población, porque la fibra de las frutas y legumbres hace que el hábito intestinal se regule”, explicó Ana Teresa Parra.
Con relación a las carnes insistió en la reducción de las rojas, además, en la preparación destacó que se deben evitar las frituras y aliños preparados, más bien, escoger platos asados, guisados y a la plancha.
El excesivo consumo de azúcares y grasas contenidas en cremas de leche y sueros también debe disminuirse.
Fotos: Daniel Arrieta