El filme «Tres anuncios en las afueras» ganó este domingo cinco premios Bafta del cine británico, entre ellos el de mejor película, mejor guión y mejor actriz, en una ceremonia en la que el mexicano Guillermo del Toro se llevó el galardón de mejor director.
Tras los numerosos escándalos que convulsionaron la industria del cine en los últimos meses, las campañas contra los abusos sexuales #MeToo y Time’s Up recibieron varias muestras de apoyo durante la gala.
En ese contexto, fue todo un símbolo que el premio a la mejor actriz recayera en la estadounidense Frances McDormand, protagonista de «Tres anuncios en las afueras».
En esa cinta del británico Martin McDonagh, McDormand encarna a una madre que lucha por obtener justicia tras el asesinato de su hija.
«Me solidarizo con mis hermanas de lucha», declaró la actriz tras recibir su recompensa, en referencia a las campañas #MeToo et «Time’s Up».
«Esta película está a la vez llena de esperanza y de cólera», dijo McDonagh. «Como lo hemos visto en los últimos tiempos, la cólera es a veces la única forma de hacerse oír y de obtener un cambio».
La película fantástica «La forma del agua», grandísima favorita con 12 nominaciones, se llevó tres premios, entre ellos el de mejor director para Guillermo del Toro y el de mejor música original para el francés Alexandre Desplat.
El realizador mexicano rindió homenaje a la «cultura inglesa», que calificó de «fuente de inspiración», y en particular a Charlie Chaplin y Stan Laurel, «que sabían hacer tanto con tan poco».
Gary Oldman recibió por primera vez el Bafta de mejor actor por su encarnación épica de Winston Churchill en «El instante más oscuro», un papel por el que ya había logrado en enero un Globo de Oro, el galardón de la prensa extranjera en Hollywood.
El actor británico recordó al hombre de Estado en su discurso de agradecimiento. «En 1940, supo mantener los valores de honor, integridad y libertad para esta nación y el mundo», dijo.
La película también ganó el premio al mejor maquillaje, en homenaje a la labor realizada para convertir a Oldman en un Churchill creíble, una operación que necesitó cuatro horas diarias de trabajo.
El director británico Ridley Scott recibió por su parte el Bafta honorífico por el conjunto de su carrera.
‘Un año difícil’
La cuestión de la violencia sexual en el mundo del cine cobró protagonismo desde los primeros instantes de la gala.
«Nuestra industria ha vivido un año difícil. Valientes revelaciones de acoso y abusos sexuales se han sucedido», recordó Jane Lush, la directora de la academia británica de cine, en su discurso de apertura.
Confió asimismo en que la movilización actual y la reciente publicación de un estatuto sean un «catalizador para un cambio duradero».
La presentadora de la ceremonia, la actriz Joanna Lumley, relacionó el actual movimiento de protesta con la lucha de las sufragistas hace un siglo para obtener el derecho a voto, notando en ambos casos una misma «determinación para erradicar los abusos de los que son víctimas las mujeres».
Muchas estrellas como Angelina Jolie, Salma Hayek o Margot Robbie, acudieron a la gala vestidas de negro, como habían pedido activistas de la campaña Time’s Up contra la violencia sexual.
Horas antes, cerca de 200 mujeres, entre ellas Keira Knightley, Naomie Harris y Jodie Whittaker, publicaron una tribuna y lanzaron un fondo para financiar campañas de información y apoyar acciones judiciales contra el acoso.
«En un pasado reciente, vivíamos en un mundo donde el acoso sexual era (…) un aspecto inevitable y lamentable de la vida de una mujer», escribieron en el texto publicado por el periódico británico The Observer. «No se podía hablar de ello. Pero en 2018, despertamos en un mundo listo para el cambio».
Figuras del séptimo arte como el productor estadounidense Harvey Weinstein y su compatriota, el actor Kevin Spacey, fueron objeto de diversas denuncias de abusos sexuales en los últimos meses.