Llueva o no, truene o no, relampaguee o no, con elecciones en Venezuela o no, el domingo 22 de abril del 2018, Día de la Tierrahabrá lluvia de meteoritos y que podrán ser vistos en ambos hemisferios terrestre, es decir, en todo el planeta y dependiendo de las condiciones atmosféricas se observará mejor en algunos sitios que en otros, pues ese día de abril la lluvia de las líridas o lluvia de estrellas 18 meteoros/hora será más intensa por la caída de meteoritos del cometa C/1861 G1 (Thatcher). Ese polvo cósmico producto del paso de ese cometa y la desintegración de parte de su cola al pasar cerca del Sol y que se observará cuando la Tierra cruza por el elipse de la órbita alrededor del Sol como unas luces en la atmósfera y algunos restos se queman al entrar en contactos con la atmosfera y que son destrozos de rocas o hielo que se ven como granos de arena incandescentes.
En junio de 1861 fue la última vez que se vio visible este cometa y solo volverá a aparecer en año 2226 en nuestros cielos. Lo que vemos en el mes de abril de todos los años entre el 16 y 25 de ese mes son las líridas, sus restos o Lluvia de estrellas. Pero ese día 22 es donde hay más intensidad y sobre todo a las 18 horas.
Así que si llueve, truene o relampaguee, con o sin votaciones ese día, también habrá lluvia de estrellas o meteoritos, no sé si habrá lluvia de votos, pues el panorama que veo para el futuro es que la abstención será muy importante a menos que caigan billetes de la atmósfera y no se quemen antes de caer; todo dependerá de la velocidad con que se depositen en los bancos de la atmósfera gubernamental y algunos seres terrestres se conformen con esa lluvia del vil dinero. Si caen lavadoras, neveras, televisores y carros es posible que la abstención sea menor, pero jamás 10 millones por el “buche” porque si esto sucede es el milagro o el pecado del siglo XXI. Si llega a caer arroz, pasta, azúcar, granos, repuestos, medicamentos que necesita mi familia o pan creo que me anoto, con o sin carné. Hay que esperar el milagro de Jesús con el maná y algo más.
No sé si llorar o reír con todo lo que pasa y veo a mi alrededor o en la realidad de este país y desde hace tiempo, pero no puedo dejar mi estilo de escribir; llueve, truene o relampaguee, me critiquen o no los lectores de la Internet o de algunos de la prensa escrita, si es que algún periodista o jefe de información se digne a publicar estos delirios mentales de un humano pensador.
Para el momento de terminar este escrito no sé qué han decidido los partidos o líderes opositores a este sistema de Gobierno en relación a “si ir no, a las votaciones” de abril. La decisión no la toman los líderes o partidos o la sociedad civil en general, la decisión final es de cada ciudadano consciente de esta nación, que vea y palpe lo que pasa a su alrededor, su futuro y el de su familia; lo malo es que las condiciones y la incertidumbre nublan la vista y alteran la mente a mucha gente y no pueden ver la profundidad del abismo en que estamos cayendo y cualquier palo o sustento económico que aparezca en el camino se aferran para dejar de caer por momentos.
El hambre impuesta es maquiavélica, los juegos del hambre existen y por eso algunos malvados saben jugar a esto para su provecho personal y aquí involucro a bachaqueros de oficio, gobernantes, líderes, politiqueros de todo tipo y rango, personeros de ideologías malvadas que hacen un buen estudio previo de sus intensiones para dominar a grupos, sectas, hermandades, comunidades, sociedades, castas, ligas, pandillas, clanes, camarillas, entre muchos otros.
Te pido señor que no llueva mucho para evitar inundaciones y las calamidades que esto trae, solo que llueva lo necesario para que se cultiven y crezcan las plantas, las hortalizas en la Tierra, se hidraten y naden los animales, se llenen los embalse y tengamos agua suficiente en los hogares venezolanos y no morir de sed. Te pido que no truene muy fuerte para que no se asusten los animales y si relampaguea ilumina con tu luz la mente por siempre a todos y sobre todo a los gobernante soberbios y prepotentes.
Hasta el 22 de abril si Dios quiere y el clima electoral nos favorece. No sé, con qué carné voy a votar, si es que voy; de repente con el carné de terrícola por el Día de la Tierra, con la cédula de siempre o con una chapa que diga: “Siembra un árbol” o el de la “libertad”. Mi penúltimo artículo fue “Preparados y listos para el 22 de abril” no sé, si me adelante a los acontecimientos del futuro. Es de sabios rectificar.