El gobierno brasileño repudió este martes la exclusión de varios partidos opositores venezolanos para participar en las elecciones presidenciales adelantadas en las que Nicolás Maduro busca su reelección, afirmando que evidencia el «absoluto desprecio» de las autoridades de ese país por el «pluralismo político».
El gobierno conservador de Michel Temer «repudia el sistemático e inaceptable empeño del régimen autoritario venezolano en eliminar de la actividad política partidos, frentes y personalidades de la oposición», manifestó la cancillería en un comunicado.
La nota hace referencia a la «inhabilitación» ordenada el viernes pasado por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) del partido opositor Primero Justicia de cara a las presidenciales, días después de que el Tribunal Supremo excluyera de la contienda a la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), provocando fuertes críticas internacionales.
Esas decisiones se dieron después de que la oficialista Asamblea Constituyente de Venezuela -que rige con poderes absolutos- ordenara la reinscripción de varios partidos de la oposición que se marginaron de las votaciones de alcaldes del pasado diciembre argumentando fraude en la elección de gobernadores de octubre.
La cancillería brasileña también mencionó la «retención de los derechos» de líderes opositores como el excandidato presidencial Henrique Capriles, inhabilitado por la Contraloría, o Leopoldo López, en arresto domiciliario y condenado a casi 14 años de cárcel por incitar a la violencia en protestas en 2014, como una «evidencia más» de esa voluntad de las autoridades de Caracas de «eliminar» a sus rivales.
«El gobierno brasileño reitera su convicción de que la reconciliación del pueblo venezolano deberá resultar del diálogo de buena fe con amplia participación de las fuerzas de la oposición y de la sociedad civil, en busca de una salida pacífica para la crisis que tanto aflige a ese pueblo hermano», dijo el comunicado de Brasilia.
Hace dos semanas, la Asamblea Constituyente de Venezuela adelantó las elecciones -que tradicionalmente se celebran en diciembre- para antes del 30 de abril, según analistas con el fin de aprovechar la crisis de credibilidad y fracturas en la MUD.
Está previsto que el gobierno de Venezuela y la oposición reanuden este martes en Santo Domingo un diálogo en el que negocian la fecha y las garantías para las elecciones presidenciales.
El gobierno de Temer se distanció de Maduro, en el poder desde 2013 y heredero político del fallecido Hugo Chávez, con el que las previas administraciones brasileñas mantuvieron fuertes lazos económicos y políticos, acentuados especialmente con Lula da Silva (2003-2010) y la depuesta Dilma Rousseff (2011-2016).
