El poder electoral de Venezuela se apresta a anunciar la fecha de las elecciones presidenciales, en medio del suspenso por una reunión que tienen prevista el gobierno y la oposición este lunes en Santo Domingo, donde negocian garantías para esos cruciales comicios.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), acusado por la oposición de servir al gobierno, fijará la fecha este lunes -según el presidente Nicolás Maduro- de unos comicios que la oficialista Asamblea Constituyente adelantó para antes del 30 de abril.
«Nosotros iremos (…) con oposición o sin oposición», advirtió el gobernante, quien buscará ser reelegido para el período 2019-2025, durante un mitin en el palacio presidencial de Miraflores el domingo.
La inminencia del anuncio de la fecha dejó en duda la posibilidad de que el gobierno y la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logren un acuerdo en el proceso de negociación, iniciado el pasado 1 de diciembre en República Dominicana, que busca una salida a la grave crisis política y socieconómica del país petrolero.
«Vamos a firmar hoy y al mismo tiempo vamos a elecciones, ¿no es lo que pedían todo el año 2016 y todo el 2017? Vamos ¿Quién dijo miedo? ¿Por qué están arrugando (reculando) ahorita?», retó el ministro de Comunicaciones, Jorge Rodríguez, delegado principal en las negociaciones.
A mitad de la tarde, ni la delegación del gobierno ni la de la MUD habían anunciado su partida hacia Santo Domingo, pese a que la cancillería dominicana citó a la prensa para las 21H00 GMT.
«Estamos listos, con tinta en el tintero, la pluma lista, estamos en las condiciones óptimas para firmar un acuerdo de convivencia», agregó Rodríguez.
Una fuente cercana a la negociación informó a la AFP que la oposición no continuará en la mesa si se decide hacer la elección antes del 22 de abril, mientras que el gobierno pretende apurar la fecha.
«Estamos preparados»
Con la fecha de la votación como el punto más delicado de las conversaciones, las partes mantuvieron el fin de semana consultas en Caracas, para las que llegó el exjefe del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, uno de los facilitadores del diálogo.
Maduro y sus funcionarios sostienen que la oposición evalúa no firmar acuerdos con el gobierno y marginarse de las presidenciales para sabotearlas, por supuestas presiones de Estados Unidos.
En México y Argentina, donde estuvo el pasado fin de semana como parte de su primera visita a América Latina, el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, pidió «elecciones libres, justas y verificables» en Venezuela.
«La gira de Tillerson es para realinear a los lacayos que tiene en el continente americano (…), muestra una vez más el profundo talante injerencista, metiche, grosero de la administración de Estados Unidos», manifestó Rodríguez.
La víspera, Tillerson advirtió que su país evalúa aplicar sanciones petroleras a Venezuela. «Estamos preparados (…), nada ni nadie nos va a detener», manifestó Maduro el domingo.
«Se verá quién resulta más perjudicado», advirtió Rodríguez, al referirse a los 750.000 barriles de petróleo que le vende diariamente Venezuela -de su producción de 1,9 mbd- a Estados Unidos, su principal cliente.
«Con el tiempo encima»
Maduro, heredero del líder socialista Hugo Chávez (1999-2013), enfrenta una impopularidad del 70%, según la encuestadora Delphos, debido a la fuerte crisis económica del país, con una hiperinflación -proyectada en 13.000% por el FMI para 2018- y una grave escasez de alimentos y medicinas.
Pero, contando con el apoyo institucional, incluida la Fuerza Armada y la Constituyente, y una política de entrega de subsidios y bonos -que la oposición califica de «clientelismo» y control social- Maduro dice estar seguro de vencer cómodamente.
Según los analistas, la Constituyente adelantó los comicios -que tradicionalmente se hacen en diciembre- para aprovechar la crisis de credibilidad y fuertes divisiones que atraviesa la oposición, que a esta altura no ha decidido si elegirá a un candidato único por consenso o irá a primarias.
«El tiempo se le viene encima a la oposición. Esa negociación está casi liquidada», aseguró a la AFP el politólogo Luis Salamanca.
Para el analistas Benigno Alarcón, el gobierno ha escogido a «su propia oposición». Los principales líderes opositores, Henrique Capriles y Leopoldo López, están inhabilitados políticamente.
Además, la MUD fue excluida de la elección por el poder judicial -al que también acusa de oficialista- y varios partidos opositores no podrán participar al no haber podido revalidar su registro ante la autoridad electoral.