Hasta diciembre de 2017 estuvieron en la Comunidad Penitenciaria Fénix, puesto que, luego del motín que se registró en dicha cárcel, algunas fueron repartidas entre Tocuyito, San Juan de Los Morros y Tocorón; sin embargo, hoy sus familiares piden a las autoridades que las devuelvan a la entidad larense.
Se trata de al menos 100 privadas de libertad de origen guaro, a quienes se les hace difícil recibir visitas por lo lejos que fueron trasladas de sus familias.
Los allegados a estas reas se quejaron a EL IMPULSO de manera anónima para ver si llaman la atención del Gobierno nacional
Fue el 21 de diciembre que las sacaron de Fénix, cuando presidiarios mantenían secuestrada la directora del centro, Carla Zaras y cinco funcionarios penitenciarios. Dos autobuses los enviaron para Tocuyito, dos para San Juan de Los Morros y otros dos para Tocorón.
Sin embargo, reprocharon los familiares, supuestamente los representantes del Ministerio de Servicio Penitenciario habían acordado trasladar solo a las privadas de libertad que eran de otros estados.
Señalaron a la Directora Nacional de Atención a la Familia del Privado de Libertad, Iliana Reyes, de haber realizado este compromiso.
“San Juan es la cárcel del olvido porque nadie las visita. Allá nos informan que hay 52 de ellas en un solo dormitorio. Les toca dormir en el suelo”, relató la tía de una presidiaria.
Esta señora señaló que por visita tiene que gastar aproximadamente 2 millones de bolívares. Además, denunció, ellos tuvieron que cubrir costo de uniformes y otras cosas que les pidieron en el nuevo penal.
“Queremos regresen uno no puede viajar porque no se consigue el efectivo, la cosa está muy difícil (…) Es importante denunciar que Fénix se prendió por los maltratos. Mi sobrina tenía el pelo largo y a ella se lo cortaron como un hombre y eso es una pequeña muestra de lo que le hacen”, señaló.
