Dr. Roberto Briceño León: El crimen se ensaña con el pobre

-

- Publicidad -

El 84 por ciento de las personas que mueren a manos de los hampones en nuestro país, son pobres, según dio a conocer el Dr. Roberto Briceño León, director del Laboratorio de Ciencias Sociales (LACSO), al ser consultado por reporteros de EL IMPULSO con respecto a la inseguridad que se vive en nuestro país.

Considera que el Gobierno está equivocado en su concepción sobre las políticas de seguridad ciudadana y eso explicaría que, en aproximadamente quince años, hoy tengamos dos veces más homicidios que Colombia y tres veces más que Brasil, que nos aventajan en poblaciones.

- Publicidad -

Militares no están preparados

-Durante este gobierno varios son los militares que han ejercido el Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia, pero ninguno ha podido frenar la violencia y la delincuencia. ¿No están capacitados para ese cargo?

-En términos de seguridad ciudadana y de lo que son las políticas de seguridad, los militares no tienen formación, ni la preparación para dirigir los cuerpos de seguridad. Considerando que el Ministerio de Relaciones Interiores tiene también una función de seguridad ciudadana, la manera de entenderla no es un asunto militar, porque es completamente distinto de lo que es la guerra; no forma parte de ella.

Cabe recordar que el año 2006, cuando el propio gobierno creó la Comisión Nacional para la Reforma Policial (Conarepol), estableció como norma que la Guardia Nacional, de manera muy específica, saliera de las funciones de seguridad urbana. Y exactamente lo que se ha hecho en los años siguientes es darle mayores funciones de seguridad urbana a ese cuerpo.

-¿Cómo han sido los resultados?

-Las evidencias muestran que no han sido nada buenos. Desde el 2006 o 2007 en adelante lo que hemos tenido es un incremento en los homicidios, secuestros y robos. Hay, por lo tanto, algo esencial en la política de seguridad que no ha funcionado.

Tengo la impresión de que hay como dos corrientes de opinión que se confrontan a lo interno del propio gobierno: una, que quiere una perspectiva mayor de derechos humanos, de una visión policial distinta, y otra, de orden más tradicional, militar

No hemos visto que la designación hecha pueda significar ninguna acción real de mejoría en las condiciones de la seguridad ciudadana.

Error en el diagnóstico

-¿Por qué fracasaron todos los programas de seguridad del gobierno?

-Básicamente porque hay un error en el diagnóstico del problema de la seguridad en el país. El Gobierno está equivocado: sigue creyendo que el problema de la inseguridad, de la violencia y del delito tiene su origen en la pobreza, en la desigualdad y en el capitalismo.

Esta concepción equivocada, por simplista, lo lleva a desarrollar, primero, una política de seguridad que exclusivamente se funda en medidas de prevención, primarias y materiales. Descuida todo lo que es la prevención normativa y cultural, el cumplimiento de la norma y de hacer cumplir la ley.

En segundo lugar, el Gobierno, durante estos 14 años, ha fomentado el quiebre del pacto social, ha dividido la sociedad y enfrentado a unos y otros, es decir, todo lo que es el cumplimiento de la norma y de la ley lo ha debilitado. Eso ha creado un impacto notable en la población.

Y en tercer término, durante todos estos años el Gobierno se ha dedicado al elogio de la violencia, de los violentos, de las armas y de la fuerza como mecanismo de solución de conflictos y como un medio para obtener las metas que se quieren. Todo eso ha dado esta dramática situación, de incremento de la violencia y los homicidios

Somos un país violento

-¿En qué nivel se ha situado nuestro país a consecuencia de esa situación?

-Junto con El Salvador y Honduras somos los países más violentos en el mundo. Tenemos el doble de homicidios que se registra en Colombia, tres veces más que Brasil y cuatro veces más que México. Registramos una condición única. Hace quince años estábamos muy por debajo de Colombia.

Cada día mueren más pobres

-¿Cómo se puede explicar que la violencia se haya asentado en los sectores de mayor pobreza?

-El Gobierno tiene argumentos contradictorios. Dice que el origen de la violencia y del delito está en la pobreza y, al mismo tiempo, que ha disminuido la pobreza en el país. En un silogismo simple: si la causa está en la pobreza y la pobreza ha disminuido, la consecuencia lógica sería decir: la violencia ha disminuido, pero, no es así, la violencia ha aumentado. No hay una correlación directa entre lo que es la mejoría de la pobreza y el aumento de la violencia.

El segundo elemento a considerar es que los pobres no son violentos: sufren y padecen la violencia. El 84 por ciento de las víctimas de los homicidios son pobres; unos extremos y otros no tanto. Y las autoridades, sencillamente, los descuidan. Es muy paradójico que un Gobierno que se dice ser de los pobres haya descuidado la población.

El otro elemento, para un análisis más de fondo, es en qué ha consistido la disminución de la pobreza en Venezuela.Cierta-mente uno podría decir que la gente ha tenido más ingresos porque hemos tenido mayores ingresos petroleros.

La gran pregunta es si existe verdaderamente en el país una capacidad de la población pobre de reproducir, de crecer y mejorar en sus condiciones de vida verdaderamente y de sostenerlas más allá de la renta petrolera. Eso implicaría la gran y verdadera revolución de Venezuela: generar un modelo más allá del petróleo, y eso no lo hemos logrado. Por el contrario, hoy somos más dependientes de la renta petrolera y un país mucho más frágil que hace 15 años.

-¿No cuenta el Gobierno con buenos asesores para desarrollar sus políticas de seguridad?

-Fundamentalmente, no ha tenido la voluntad. En el Gobierno han participado personas de buen nivel en las comisiones de trabajo y ha contratado expertos del exterior pero, sigue entrampado en un dilema entre hacer una política de izquierda o una política de seguridad de derecha. Eso está planteado desde el inicio del primer año del gobierno del presidente Chávez. Y se repite en la Misión A toda vida Venezuela, lanzada en el mes de junio pasado.

Existe una dicotomía en la cual se dice “no queremos hacer una política de derecha”, en la cual la policía actúe. Y sostienen que quieren una política preventiva, pero la siguen colocando exclusivamente en lo material: en el ingreso económico de las personas.

Pero, el gran elemento de la prevención no es solamente que la gente tenga un ingreso, sino el sentido de la norma y de la ley, el respeto del otro y la resolución pacífica de los conflictos.

Porque la vida social se rige por normas o acuerdos. Si éstas se resquebrajan, se quiebran, por actuación de las propias autoridades, por su mensaje o por no hacer nada, sencillamente, no puede haber una política preventiva real.

Tiene que haber fortalecimiento de la sociedad; pero, ha sido todo lo contrario. En muchos casos el Gobierno ha actuado como el padre que le dice al hijo: “Tú, no puedes fumar”, mientras él sostiene un cigarro en la mano.

Manda mensajes continuamente equivocados y por eso la ley se ha convertido en un adorno, como un florero, y los delincuentes actúan sabiendo que no habrá algún tipo de respuesta por parte de la sociedad frente a ellos.

Foto: Luis Salazar / Archivo

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -