Anaqueles vacíos en enero. Esta es la previsión que tiene el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) como una de las consecuencias que se presentará en el país luego de la fiscalización de la primera semana de enero realizada por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), reseñó Efecto Cocuyo.
María Carolina Uzcátegui, presidenta de Consecomercio, dijo que en este momento el sector comercial venezolano se enfrenta a cinco factores, cuya influencia será negativa en el futuro cercano.
Una de ellas es la sobredemanda que generó la entrega de bonos en diciembre de 2017, la devaluación de la moneda, el incremento del salario decretado por el Presidente de la República, la primera fiscalización de la Sundde en 2018 y las vacaciones colectivas de los proveedores.
“No es posible que a los comerciantes les obliguen a volver al precio que había para el 15 de diciembre, pues la realidad económica era otra. Para ese momento no había la misma devaluación del bolívar que tenemos ahora en 2018 y tampoco se había hecho el ajuste del salario”, apuntó Uzcátegui.
La presidenta de Consecomercio señaló que hacer que los supermercados bajen los precios es obligarlos a no poder reponer los inventarios, los cuales estarán a un precio más elevado.
“El sector no estaba preparado para la demanda que hubo en diciembre la cual acabó con gran parte de los inventarios que tenían, sobre todo en artículos de primera necesidad. Ahora, el resto del inventario que tenían los comerciantes debe ser vendido por debajo de los costos de reposición”, explicó Uzcátegui.
¿Por qué no estaban preparados los comerciantes para la demanda de diciembre? Según el análisis que hace Consecomercio, porque durante 2017 las ventas estuvieron débiles, y los comercios adquirieron hacia los últimos meses menos mercancía para evitar que se perdiera debido a la poca demanda. Pero en diciembre todo cambió.
El presidente Nicolás Maduro otorgó beneficios económicos a las personas que tuvieran el carnet de la patria en sus manos a finales de 2017; es decir, a casi 7.000.000 de personas. Bono Navideño y Bono Niño Jesús fueron las dádivas que según el gobierno protegía al venezolano. El segundo constituía un papel con un valor que los dueños de negocios de comestibles debían aceptar y canjear por productos.
“A los comercios no les han terminado de canjear las papeletas del Bono Niño Jesús y tenemos el reporte de que el 3% de estos bonos son falsificados, lo cual representa una pérdida. Además deben cancelar 5% de comisión a la empresa Valeven, que emitió los bonos“, dijo Uzcátegui.
¿Quiénes son los más afectados? Los negocios cuyos productos sean los alimentos y productos regulados, porque son los que tienen más rotación. Los proveedores cierran por vacaciones colectivas el 15 de diciembre y abren en la primera quincena de enero. Usualmente, por esta razón, se ve un vacío en los anaqueles durante las primeras semanas del año. Pero, 2018 comenzó de una manera inusual.
“No solo hubo una reducción del inventario por las bajas ventas. Ahora se le suma la demanda sorpresiva que generaron los bonos decembrinos y que el comerciante no tenía dónde proveerse a finales de diciembre. Pero ahora tampoco va a tener con qué reponer la mercancía porque le obligan a vender a un precio viejo, cuando los costos serán superiores”, expuso la representante gremial.
Recomendó a los ciudadanos evitar la desesperación e invitó a recordar que si bien en este momento lo que compra en el local de su comunidad llena su alacena, en las próximas semanas probablemente el comercio no tendrá con qué satisfacer su necesidad de compra.
Uzcátegui recordó también que la distorsión económica que se vive en Venezuela es el resultado de la impresión de dinero inorgánico, la falta de una unificación cambiaria y el sobregasto público que tiene el Estado.