Enero arrancó con la orden de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) de ajustar precios de todos los rubros en las cadenas de supermercados, especialmente de la capital pero también del interior del país.
La medida fue anunciada por el Superintendente nacional del organismo, William Contreras, quien argumento que las empresas «estaban remarcando los productos que ya tenían en inventario, no son productos nuevos».
Las reacciones de los venezolanos ante las fiscalizaciones a los establecimientos han sido dos: un grupo se muestra gratificado y se aglomera en los supermercados para arrasar con todo lo que hay en las neveras y anaqueles, mientras otro grupo repudia tales acciones, al menos así lo demuestran las críticas a través de las redes sociales.
Al respecto fue consultado Roberto León Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Consumidores y Usuarios (Anauco) quien aseguró que el primer comportamiento es una mera reacción de desesperación y estados de necesidad.
Aunque apuntó que el venezolano normalmente no se comporta de esa manera y los saqueos no tienen justificación porque representan un delito, sí existe una explicación y es el grado de desesperación por obtener los alimentos.
-Si en cualquier país del mundo colocas una situación de desabastecimiento tan marcada como la actual en Venezuela, la reacción de los ciudadanos sería la misma. El problema que vivimos es más matemático que de otra cosa, es decir, hay más demanda que oferta, los productos que hay en el mercado no alcanzan para abastecer a todos los venezolanos y eso genera peleas y caos, además de la inflación.
El rechazo que otra parte de los venezolanos siente respecto a estas supervisiones y derivadas consecuencias (saqueos, barrida de anaqueles, cierre de comercios…) es porque está consciente del daño que causan a la economía venezolana, pues con la intimidación con la cual se realizan los procesos y la imposibilidad de reponer el inventario, se origina el cierre de las empresas y se aleja a los inversionistas.
El presidente de Anauco explicó que las fiscalizaciones no resuelven el problema de fondo que se debe solucionar ampliando la oferta: inundar de productos el mercado, tanto en las redes del Estado como Mercal, Pdval y CLAP, además de los establecimientos privados.
León Parilli asegura que ni el reciente aumento de sueldo ni los bonos de asistencia social (navideño, de Reyes…) garantizan la capacidad de adquisición de bienes y servicios, pues lo que el venezolano quiere comprar no se encuentra en los anaqueles.
Esto debido a la inexistencia de la producción nacional, que en un país normal debería ser suficiente para abastecer a sus pobladores; además de la falta de importaciones, que normalmente serían el complemento de la oferta.
Considera que el tema de las supervisiones en los comercios y las medidas de exigir las rebajas de los productos, son más un tema político para insistir en la teoría de la “guerra económica” y la especulación.