Una tenaz ola de frío está agobiando al norte de Estados Unidos y no cederá en los próximos días, llevando a las autoridades a advertir a la población sobre el peligro de congelación si no se abrigan.
La temperatura en International Falls, Minnesota, descendió a 38 grados centígrados bajo cero (37 grados Fahrenheit bajo cero), rompiendo su récord anterior de 35 grados centígrados bajo cero (32 bajo cero Fahrenheit), reportó el Servicio Meteorológico Nacional.
Hibbing, Minnesota llegó a 33 grados centígrados bajo cero (28 grados bajo cero Fahrenheit), superando los 32 grados centígrados bajo cero (27 grados Fahrenheit bajo cero) experimentados en 1964.
Las autoridades en el noreste de Estados Unidos imploraron a la ciudadanía a que tome medidas de precaución. Las temperaturas en esa región no pasarán de los 6 grados centígrados bajo cero (20 grados Fahrenheit) todo el resto de esta semana y la próxima, y el viento hará que el frío se sienta aun más.
La población de Erie, Pensilvania, trataba de retornar a la normalidad tras una tormenta invernal que arrojó 86 centímetros (34 pulgadas) de nieve el día de Navidad y otros 67 centímetros (26,5 pulgadas) el martes. En total, la ciudad se cubrió con más de 165 centímetros (65 pulgadas) de nieve en pocos días.
El origen del clima adverso es una corriente de viento sobre el Lago Erie que condensó humedad, generó nieve y chocó con una corriente contraria, dijo Zach Sefcovic, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional basado en Cleveland.
Sabrina Ram manejó desde Washington hasta Erie la Nochebuena para visitar a sus padres justo cuando comenzaba la nevada. Al día siguiente, ella y su padre pasaron horas paleando la nieve.
«En Washington esto hubiera paralizado la ciudad por semanas, pero aquí las cosas comienzan a volver a la normalidad», comentó la joven.
En el estado de Nueva York, las comunidades a orillas de Lago Ontario, como Redfield y Boylston, vieron un metro y medio (5 pies) de nieve.
Sin embargo, las autoridades mencionaban que por lo menos la tormenta vino en un momento propicio, pues al ser Navidad, mucha gente se estaba quedando en sus casas, permitiendo a las cuadrillas municipales despejar la nieve de las vías.
Para el miércoles, las calles de Erie estaban en su mayoría despejadas y habían disminuido las llamadas a los servicios de emergencia, dijo la ejecutiva local Kathy Dahlkemper.
«Estamos acostumbrados a las nevadas aquí en Erie, pero esto no tiene precedente», comentó Dahlkemper.