Como lo anuncié hace unas semanas atrás, no voté el 10 de diciembre. No creo estar entre quienes creen “que se la comieron”, lamenté no votar. Tuve dudas, pero ejerciendo el más sagrado don que tenemos los hombres, la libertad, me pareció que lo mejor era no votar. ¿Me equivoqué? No creo, pero todo cabe dentro de lo posible.
Desconozco las razones que pudo tener cada venezolano que no votó, para no haberlo hecho, pero sí sé que fuimos muchos los que no votamos. El perverso régimen chavista a través de su tenebrosa oficina electoral, el CNE, publica unas cifras de abstención que ni ellos mismos se la creen. No cabe en mi mente cómo pueden mentir tanto. Existe en ellos una satánica falta de temor a Dios y del sentido de lo ridículo, que me confirman en mis razones para no haber votado. La abstención también es una protesta. Nunca había dejado de votar desde que lo hice por primera vez en 1968, salvo en 2005 cuando todos nos abstuvimos. Incluso voté el reciente 15 de octubre. Por tanto no soy abstencionista, pero hoy en día no existen condiciones para una votación limpia y libre como se practica en una verdadera democracia.
Aunque las razones para no votar en estas elecciones de alcaldes las expuse, deseo recordarlas porque a muchos, presumo que de buena fe, se les olvidaron. La razón fundamental es la imposición indebida del régimen de que gobernadores y alcaldes acudan ante la írrita, inexistente y fraudulenta ANC a juramentarse, para que luego vayan a juramentarse de nuevo ante las instancias que señala la Constitución Nacional. Esa es una imposición arbitraria y dictatorial que varios gobernadores nuestros aceptaron sumisamente cumplir. Sólo Guanipa del Zulia, honrosamente, se negó. Mal podría yo, que salí a explicar en foros y programas de radio y lo escribí por este medio, lo inconstitucional de la ANC, aceptar una convalidación expresa a través de una juramentación arbitraria, ante ese organismo inexistente que es la ANC. Y el 16 de julio de este año, en aquel hermoso plebiscito, organizado por la sociedad civil democrática, dijimos que rechazábamos esa ANC. Qué sentiría nuestra gente cuando se le llamó a votar en unas elecciones cuya culminación es la juramentación ante esa fraudulenta ANC. Ese es el foco de las próximas discusiones de los sectores democráticos. No fue por los candidatos que no voté, por ellos hubiera votado, es que fuimos incoherentes y nuestra gente se sintió y se siente engañada y cobró.
Hubo otras razones para la abstención, el peculado de uso por parte del régimen, el ventajismo, la compra de conciencias, las inconsistencias en los resultados, los cambios de centros, las dádivas ofrecidas a votantes. Maduro parecía, a falta de Tibisay, el presidente del CNE, dando órdenes.
Si se me permite, hago un llamado a la unidad, cohesión, desprendimiento y la paz dentro de la oposición. Perdimos siendo mayoría y es que el pueblo se cansó de tanta incoherencia.