Ayer se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fecha que sirvió de excusa para tratar un tema tan importante y que en lugar de perder espacio, lo ha estado ganando en la sociedad venezolana.
Esto motivó a que diferentes organizaciones larenses se unieran para cumplir con el propósito de este año por parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el cual se estipuló realizar 16 días de activismo contra la violencia de género.
Emilin Piña, activista por los derechos de la mujer y candidata a la alcaldía de Iribarren, coordinó el conversatorio llamado “Mujer tu voz tiene poder”, en el cual se reunieron defensoras por esta causa, pero también víctimas con intenciones de hacer saber la importancia de denunciar el acoso y violaciones hacia el género.
“Se trata de una pandemia a nivel mundial que afecta a niñas, adolescentes, adultas y mujeres de la tercera edad”, aseguró Piña quien detalló que 12 mujeres son asesinadas cada día en Latinoamérica.
Expuso que ciertamente son muchas quienes deciden callar la violencia porque sienten que nadie las escucha y no se dará solución al grave problema, por lo que Piña planteó realizar una casa abrigo donde se les dé refugio a las víctimas y a sus niños.
“Generalmente las mujeres van, hacen la denuncia y vuelven a su hogar con el agresor porque les dicen que no lo pueden sacar”. Es por esto que la activista pretende crear “La casa para sanar corazones heridos”, donde plantea además brindar capacitación en diversas áreas con el fin de que las féminas puedan generar sus propios recursos.
Detalló que en el 2016 Lara fue el tercer estado en Venezuela con más número de femicidios con una cifra que superó los 70 asesinatos; sin embargo aseguró que fue rebasada en el presente año.
Expuso que la situación del país ha sido punto de ebullición para que las agresiones aumenten e incluso, la prostitución sea el método que utilicen algunas mujeres y niñas para poder sobrevivir.
Por su parte, la sicóloga social Hisvet Fernández expuso la importancia de evitar que el feminismo se confunda con pretender la superioridad por encima del hombre. “No queremos cambiar la tortilla, queremos cambiar la receta de la tortilla para que todos y todas podamos comer tortilla”, dijo haciendo una analogía con la equidad que se quiere producir entre ambos géneros, en donde ninguno sea más que el otro.