Ayer sábado era día reservado para el Campeonato de Béisbol Integrado Juvenil AAA, en el estadio Chino Canónico, pero al equipo de la Escuela de Béisbol Las Casitas le faltaba un jugador: Yordan Javier Velásquez Velásquez. Lo mataron la noche anterior y le robaron la moto, en el sector Santa Cruz de Los Rastrojitos, al norte de Barquisimeto.
Velásquez, el viernes cuando eran más de las 9 de la noche, le pidió prestada la moto a un primo. No se preocupó en ponerse los zapatos ni la franela porque solo iría a dar una vuelta. Manejó apenas media cuadra desde su casa cuando lo sorprendieron dos hombres en otro vehículo de dos ruedas, le robaron su moto y antes de llevársela le dispararon en el cuello. Fue la única detonación que escucharon los vecinos. En la quietud de la zona rodeada de granjas, una de las habitantes del sector Santa Cruz pensó que el ruido había sido la explosión de un caucho, pero al salir vio el cadáver del muchacho de 18 años.
Los lugareños dudaron que el asesino y su cómplice sean de Los Rastrojitos, donde creció Velásquez, porque en ese sector “no hay matones”, según lo aseguró una vecina.
La mirada en la pelota
“Son cosas que uno no espera”, dijo un tío de Velásquez sobre la muerte de su sobrino. Y no lo esperaban porque lo consideraban un joven sin enemigos y tampoco imaginaron que la delincuencia acabaría con su vida.
Velásquez comenzó a jugar pelota a los 8 años en la Escuela de Béisbol de Tamaca. Cuando tenía unos 12 años, recordó su padre Robert Velásquez, dos academias lo chequearon, pero le recomendaron que esperara cumplir los 17 años para probar nuevamente el brazo, que era lo que mejor se le daba en el terreno de juego. Por su buen desempeño en aquellos años recibió un reconocimiento de parte de su equipo.
Ahora, como campocorto o pitcher dos veces a la semana practicaba con la Escuela de Béisbol Las Casitas.
Cardenalero y admirador de Miguel Cabrera creía que el béisbol estaría en su futuro, dijo el progenitor. “Era muy pila, muy activo”, lo describió el padre. Tanto era así que combinaba sus prácticas con sus funciones como mánager de un equipo de softbol de Los Rastrojitos.
En 2016 fue la última temporada que representó al estado Lara en el diamante. En su corta experiencia como pelotero lo hizo seis veces.
Graduado desde el año pasado de bachiller también ocupaba su tiempo en ayudar a su papá y otros parientes en trabajos de construcción u otros oficios.