Tres muertes ha sembrado el hampa con su metralla en la familia Camejo. La última víctima fue Vladimir Onasis Camejo Pineda, de 18 años de edad, a quien acribillaron la noche del viernes frente a su pareja y a pocos metros de su casa en la manzana 13 de la urbanización Las Sábilas, al norte de Barquisimeto.
Se conoció que dos hombres llegaron hasta donde estaba él, con su compañera amorosa Daveanny y le descargaron dos armas de fuego. Los hombres luego de dispararle, se fueron del lugar. A la mujer no le hicieron nada.
Los familiares al escuchar los disparos salieron a la calle y vieron al muchacho tendido en el suelo y la novia desesperada pidiendo ayuda. Lo recogieron, se lo llevaron al ambulatorio de Tamaca y luego lo remitieron al Hospital Central Antonio María Pineda, donde murió después.
La mañana de ayer llegaron a las afueras de la morgue algunos familiares a tramitar la entrega del cuerpo. Una tía que no quiso identificarse por temor a represalias comentó que los llamaron por teléfono a las 9:00 de la noche y les avisaron. Dijo que su sobrino había empezado a trabajar en una zapatería en el centro de Barquisimeto, pero que lo suspendieron mientras tramitaba la cédula de identidad porque se le había perdido.
“Él trabajó 10 días, pero después en la tienda le exigieron la cédula y como no la tenía, lo suspendieron hasta que la llevara. Intentó sacarla varias veces, pero en el Saime le decían que no había material”.
La mujer agregó que este es el tercer familiar que cae muerto en manos del hampa. El 7 de octubre del 2004, mataron a Richard Álvarez, de 17 años, para robarlo allí mismo en Las Sábilas y en febrero de 2007 ultimaron a Anthony Anza de 16 años, de este crimen no dio detalles.
Los parientes sostuvieron que la inseguridad está desbordada en todo el país y lamentaron que estén acabando con la juventud. Dijeron que como los casos anteriores las muertes de Vladimir Onasis, seguramente quedará impune, por eso no piden justicia, sino que dejan el caso en manos de Dios.
Un allegado a la víctima comentó que Las Sábilas es una zona roja, que eso no es un secreto, pero que las autoridades no hacen nada por mejorar la situación. “La policía nunca entra a Las Sábilas, ellos conocen la incidencia delictiva en esa zona, pero no patrullan, solo entran cuando hay muertos, para recogerlos, pero hasta ahí”.
Una fuente de la Policía del estado Lara comentó que desde el 2005 el promedio de homicidios en Las Sábilas ha rondado entre 10 y 12 por años.
“Cada año asesinan por lo menos a 10 personas en Las Sábilas. El problema es que allí hay muchos exreclusos de Uribana que tras salir del penal siguen delinquiendo y hace que la zona se torne violenta”.
Fotos: Edickson Durán
