”La gente viene a hacer sus compras de la comida, pero como no tiene efectivo suficiente, nosotros debemos arreglarnos para que no se vaya con las manos vacías y que no se paralicen las ventas”, manifestó una de las comerciantes del mercado itinerante de los miércoles en Cabudare.
Informa que como no tienen punto de venta aceptan transfencias bancarias, aclarando que eso lo hacen sólo con los conocidos.
“Con los clientes viejos, personas que llevan años viniendo aquí a comprar sus hortalizas y por lo tanto son de confianza, no hay problemas”, afirma.
Agrega que la situación se les ha puesto difícil los últimos meses por la falta de efectivo, además de que no se ve acción alguna por parte del gobierno para resolverla.
“Pero a pesar de eso las ventas no están del todo malas porque las personas tenemos que comer, con dinero o sin dinero”, indica.
Eso se pudo constatar este miércoles por la gran cantidad de personas que, procedentes de diferentes sectores de Palavecino, acudieron al mercado en los alrededores del mercado Terepaima.
Varios de los vendedores voceaban sus productos a alta voz con el fin de atraer a quienes iban llegando.
“Todo está barato, no hay nada caro. Tenemos la bolsa de verdura a mil, sólo a mil, nada más a mil”, gritaba uno de los comerciantes.
Aunque se temían altos incrementos en los precios, en algunos rubros se notaban ciertas rebajas con respecto a días anteriores.
Por ejemplo, en un puesto estaba el cartón de huevos a 40 mil bolívares, precio que los vendedores afirmaban era el más barato del mercado; pero más adelante, Carlos Morales vendía los tomates a 7 mil el kilo y muy cerca otro los tenía a 8 mil.
Explicó que podía vender a ese precio por ser agricultor.
Lo que si continúa alto es el pimentón, a 15 mil el kilo y la cebolla de cabeza a 12 mil, mientras el maíz pilado estaba a 2.500 y el queso duro lo vendía Virgilio Timaure a 32.800 y el tipo Carora a 32.500.
Pero también los vestidos tenían sus puestos con pantalones, faldas, blusas y otras prendas femeninas, “a precios solidarios”, como pregonaba el vendedor.