Entre las bondades que ofrece el estado Lara, están las zonas altas y frías, donde la gentileza de su gente y los bellos paisajes cautivan a cuantos tienen la dicha de visitar los pueblos y/o caseríos.
San Pedro, justamente, es uno de los lugares del municipio Torres que posee cualidades turísticas por el agradable clima y las siembras de legumbres así como de champiñón.
Sin embargo, existen pocos incentivos para el conocido pueblito que se comunica con el estado Trujillo, esto a pesar de las muchas cualidades a su favor.
Las autoridades, dijo el habitante Jesús Domínguez, no se ocupan de impulsar los aspectos positivos del pueblo; merma la atención hacia las familias de escasos recursos, al menos, es el sentir de la gente.
Las personas que nacieron y han crecido en el campo, lamentan la ausencia del gobierno municipal, regional y nacional, en áreas como la agricultura, educación, salud, vivienda, servicios públicos. El tiempo avanza para ellos pero sin el progreso que debería generarse con el paso de los años.
La pobreza se mantiene intacta en algunos caseríos, otros en cambio, terminaron emigrando a la ciudad.
“Desde que construyeron la carretera de San Pedro, no han ocurrido mantenimientos y las consecuencias están a la vista de todos: el camino es intransitable.
Las calles del pueblo están igual de deterioradas; somos un cero a la izquierda para los gobernantes. Nos da nostalgia ver que nuestros hijos no tienen algo agradable a su vista, más que el campo, porque lo demás hecho por el hombre, va hacia un abismo”, sostuvo el humilde campesino.
Defienden sus sueños
Por otro lado, sobresalen las dificultades que viven en el liceo de San Pedro, donde estudiantes y personal, luchan contra los desperfectos de la planta física y la falta de insumos.
Materiales didácticos y de limpieza, son solicitados por los padres y representantes, a objeto de garantizar el buen desempeño académico de los muchachos, así como la limpieza de las viejas instalaciones de estudios.
Explican que el techo y paredes, tienen rastros de la desidia oficial en materia educativa y, en este sentido, solicitan que la Zona Educativa de la región solicite los recursos al Ministerio (pp) de Educación y, más temprano que tarde, cuenten con una rehabilitación de la institución donde estudian los chicos del pueblo y de los caseríos ubicados en los alrededores.
A duras penas cuentan con lo necesario para las clases. La ética de los profesores, voluntad del personal administrativo y obrero, sin olvidar, el deseo de aprender de los adolescentes y jóvenes, son las partes que hacen posible la actividad en el liceo que data del año 60 aproximadamente.
Agustín Silva, vecino, informó que son los propios representantes junto a sus hijos, quienes se ocupan del mantenimiento y conservación de la infraestructura.
No obstante, es imprescindible el acompañamiento del Gobierno en la ejecución de proyectos que vayan en consonancia con los sueños de los estudiantes: laboratorios, áreas deportivas, vivero, salas de computación, casa de la cultura, entre otros planteamientos estudiantiles, siguen esperando por los aportes del Estado.
Necesitan viviendas
Por otro lado, manifiestan la necesidad de viviendas, en el caso de las nuevas familias formadas en el pueblo, las cuales habitan en pequeñas estructuras de zinc o de bahareque a la espera del financiamiento del Gobierno central.
Solicitan un plan habitacional dirigido a la zona rural, donde la construcción de un inmueble tarda aún más por concretarse, en comparación con la ciudad, debido al desinterés por parte de las autoridades.
“Si en Barquisimeto aprueban recursos para 20 viviendas, aquí apenas ejecutan dos: estamos en desventaja”, dijo Luis Peña.
Fotos: Luis Salazar
