Pasearse estos días por el emblemático Palacio Real de París permite viajar por América Latina a través de su arte contemporáneo. Se trata de una cita organizada por una apasionada venezolana, que abrió una inédita ventana a los artistas de la región.
“París es el primer centro de promoción de artistas del mundo”, afirma la comisaria Leonor Parra, mientras camina por este conjunto monumental del siglo XVII, con un bello jardín y elegantes pórticos, junto al museo del Louvre.
En las tiendas de moda, joyerías y selectos restaurantes de las galerías, Parra presenta “Carré Latin”, la primera manifestación de arte contemporáneo latinoamericano al margen de la FIAC, la prestigiosa feria parisina que atrae a coleccionistas y galeristas del mundo entero.
“Hasta ahora, coincidiendo con la FIAC, existían iniciativas para artistas asiáticos, africanos… pero nada para Latinoamérica”, reivindica esta caraqueña, arquitecta de formación, que llegó a París en 2012.
El argentino Antonio Asís, el venezolano Julio Pacheco Rivas, la peruana Cristina Colichón, el boliviano Gastón Ugalde… en total, 32 artistas exponen y venden sus obras – pinturas, esculturas, fotografías…- en los escaparates del Palacio Real.
Muchos de ellos forman parte de una generación “muy sólida”, pero “son desconocidos fuera del continente”, a falta de vitrinas como la de “Carré Latin”, explica Parra, que cita la notoria excepción de Arco, la feria de arte contemporáneo de Madrid.
Lo esencial: los contactos
Aunque Parra se lanzó prácticamente sola en esta iniciativa, contaba con lo esencial: los contactos de artistas y coleccionistas en América Latina, que empezó a conocer cuando trabajaba en Caracas como arquitecta de interior y asesoraba a la vez a sus clientes en materia de arte.
Ya en París, fue extendiendo su círculo con galeristas y otros actores del mercado, hasta lanzar en 2016 en una galería la primera edición de “Carré Latin”. Este año dio un paso más con su organización en uno de los lugares más visitados de la capital francesa, que además accedió a organizarlo de ahora en adelante, a cada FIAC.
Venezuela es el principal país expuesto en el Palacio Real, aunque hay artistas de casi toda América Latina.
Ugalde, conocido como el “niño terrible” en la escena del arte boliviano, llenó una vitrina con 300 balones de fútbol recubiertos con coloridas telas indígenas; el colombiano Paulo Castro expuso una “tensopintura” – un conjunto de telas sintéticas pintadas a mano sobre bastidores -, y la venezolana Inés Silva presentó una torre en plexiglás que juega con la ilusión óptica.
La muestra incluye “performances” e instalaciones, como la de la artista de origen cubano- ecuatoriano Bianca Lee Vasquez, que unió la alameda de tilos tallados del jardín con una cinta blanca, formando un entramado que reivindica el arraigo del ser humano a la naturaleza.
El arte es “nacionalista”
La mayoría de obras, expuestas durante 10 días hasta el 26 de octubre, se venden entre 300 y 5.000 euros (350 y 5.800 dólares), aunque algunas pueden costar más. Parra prevé que la mayoría de compradores sean latinoamericanos.
“Pese a un mundo globalizado, el arte sigue siendo muy nacionalista: los franceses compran obras de franceses, y los latinoamericanos, de latinoamericanos”, resume.
El “Carré Latin” también tiene una versión más restringida – en un espacio privado -, en Bruselas y el año que viene, llegará a Madrid.
“La idea es organizar cuatro eventos al año en Europa para captar coleccionistas y promover a los artistas, pero París será el más importante, porque es público”.
Entusiasmada, reconoce que nunca pensó que la iniciativa “crecería en la medida que lo está haciendo”. “Todavía tengo obras en el sótano”, que este año no pudo exponer.