#RevistaGala Detalle artesanal: “¡Abróchate ahí!”

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Originalmente los botones, no se usaban para abrochar las prendas de vestir, sino más bien como un objeto decorativo, los primeros modelos descubiertos, datan del año 2000 a.C. y estaban hechos con conchas de moluscos, talladas y perforadas…

En busca del talento nato de nuestra tierra, fuimos hasta Tintorero, donde nos encontramos con el señor Jorge Díaz, quien de manera amable nos recibió en el Taller Escuela Marcolino Mendoza; entramos y un pequeño camino, techado con enredaderas, nos guio hasta una mesa llena con sus piezas de cerámica y arcilla, los más especiales, eran botones cocidos encuadros de cartón que permitían apreciar, de manera más detallada, su trabajo.

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Con estudios en planificación de diseños especiales, cine, teatro, televisión; una personalidad calmada y verbo bastante arraigado al conocimiento artesanal de nuestro país; desempeñó el cargo de diputado en la asamblea nacional, de 1989 a 1994 y allí, tuvo la oportunidad de trabajar con la comisión permanente de cultura del congreso nacional y a su vez, dirigir un equipo especial para iniciar un proceso de legislación en materia artesanal.

Una de las cosas que más llamó nuestra atención, es que el señor Jorge, es oriundo de Catia, parroquia Sucre de Caracas, por lo que indudablemente le preguntamos ¿cómo llegó a Tintorero? Y justo allí, comienza su historia…

Primera parada

Junto a su equipo, recorrió casi todos los estados del país, para conocer, de primera mano, las vulnerabilidades que tenían los artesanos a la hora de defender sus derechos. Esta ruta inició en el estado Lara, donde forjó grandes lazos de amistad con la familia Mendoza, en el pueblo de Tintorero.

Sin embargo, no fue, sino hasta terminado su trabajo como diputado que el señor Miguel Angel Mendoza, le propuso venirse a esta tierra para trabajar juntos en un proyecto local, “Me dijo: ¡Jorge por qué no te vienes, aprovechando que estamos comenzando este plan para organizar unas ferias artesanales!”. Así, de la mano del señor Miguel y toda la comunidad se enfocó en brindar sus conocimientos para fortalecer las ferias de Tintorero, un evento único en nuestro estado.

“Antes, solo existía la aldea y cuando se acercaban las ferias, las mayoría de habitantes nos juntábamos para limpiar y curar el piso, que era rústico, haciendo de esto algo con mucha hermandad y si ningún tipo de distinciones”.

El señor del botón

Si bien el señor Jorge ya tenía experiencia y larga trayectoria, en trabajos sociales y de organización, teníamos que saber, en qué momento le da un giro a su labor y se convierte  también en artesano, por lo que nos cuenta: “Todo empezó con unas muñequitas de arcilla a las que yo intentaba darles un toque más personalizado, pues la mayoría de estos adornos tenían la misma pose, los mismos rostros, casi como hechos en serie…”, añadiendo que para poder quemar estas piezas y darles mejor acabado, necesitaba un horno, así que junto a sus amigos, usaron una pipa para crear uno.

Sin embargo, atraído por la idea de hacer algo que no fuera habitual entre sus compañeros y que además, tuviera un resultado  funcional, surgieron los botones, a tal punto que las personas comenzaron a buscarlo, cuando visitaban Tintorero, preguntando por “el señor del botón”.

Cuando vemos sus diseños podemos notar que cada pieza es única, sin importar que en colores o formas se repitan, pues si las vemos a detalle, no habrá ninguna similitud entre una y otra. Para crear cada botón, usa arcilla roja o gres y para dar la forma circular se vale de un “tubito” que funge como cortador, todo de manera manual y con las mejores ganas de seguir aportando detalles que agreguen un toque distintivo a las prendas.

“Estos botones añaden un valor distinto, a los que solemos usar en la ropa de manera convencional, es un trabajo dedicado a aportar distinción en cualquier pieza donde se quiera colocar”.

Para finalizar, le pedimos que enviara un mensaje a todos nuestros lectores y esto fue lo que nos dijo: “¡El triunfo de la vida creativa!; creer en nosotros, tener fe, confianza, desafiarse ante cualquier circunstancia y desarrollar el pensamiento de que todo es posible. La felicidad no son unos zapatos de marca ni una gran cuenta en el banco; la felicidad es la actitud con la que se enfrenta cada situación”.

Información: Correo: [email protected]

 

 

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