“No puede ser, no hace nada agarraron a unos y ya están robando otra vez”, eran algunas de las expresiones que se escuchaban haciendo referencia a lo sucedido con Oswaldo José Arias Rodríguez (24), quien fue asesinado de un disparo en la cabeza tras resistirse al robo en Santa Rosa.
Llegó el viernes y El Sury como era llamado de cariño, se alistó para salir a disfrutar con sus amigos, se fue con tres de ellos a una discoteca en la zona este de la ciudad.
Los jóvenes decidieron salir relativamente temprano y retornar a sus hogares en la urbanización Valle Hondo de Cabudare. Eran entre las 12:30 a 1 de la madrugada cuando tomaron la calle Las Delicias para salir por la parte de arriba de Santa Rosa. Allí la zona es bastante oscura, pero tuvo que detener la marcha porque se toparon con unos troncos. El Sury quien manejaba un Ford Fiesta Power negro, intentó retroceder; pero al paso salieron unos sujetos, sus intenciones eran despojarlos de sus pertenencias.
Al menos uno de los maleantes estaba armado y cuando vio que los jóvenes retrocedían el vehículo dispararon.
El proyectil le dio en la cabeza a El Sury. Los maleantes al ver que le habían dado a alguien escaparon y sus amigos desesperados tomaron el volante del carro, lo trasladaron hasta el Hospital Internacional de Cabudare, para tratar de salvar su vida.
Relató un familiar que no quiso identificarse que se enteraron casi de inmediato, pues mientras sus amigos lo llevaban a la clínica, otros le avisaban de lo sucedido.
El joven ingresó sin signos vitales, no había nada que hacer.
El hampa acabó con su vida en tan solo segundos, tal cual como lo había hecho hace 9 años atrás con José Miguel Arias Rodríguez (23), su hermano, quien también fue asesinado tras resistirse al robo un 14 de enero del 2008.
El familiar de El Sury en medio del llanto indica que es la tercera pérdida que sufren sus padres, pues el joven era el menor de cuatro hermanos, ya dos fueron asesinados y uno lo vieron partir a otro país, “todo a consecuencia de la crisis que vive este país”, sentenció el ser querido.
La víctima fue descrita como un muchacho trabajador, buena persona y hasta buen vecino, muy querido por muchos, a quien desde niño observaron como un niño gentil, educado y responsable que además le gustaba compartir.
Era un joven emprendedor, actualmente tenía una pequeña empresa de distribución de material ferretero y artículos de oficina, fue asesinado a días de su cumpleaños.
Era el tercer robo
Cabe destacar que esta modalidad la vienen haciendo desde hace tres meses, indicaron los residentes de Santa Rosa que era común en los lados de Yacural, después estas mismas personas comenzaron a atravesar obstáculos en la entrada de Santa Rosa y ahora lo hacen hacia arriba, lugar donde fue interceptado el joven, quien era la tercera víctima de esos maleantes.
“Ya habían robado a dos personas más antes que ellos pasaran, casi siempre atraviesan palos y piedras, se colocan dos primeros y luego salen más, pero se aprovechan que está oscuro y se esconden”, dijo un residente de Santa Rosa, quien además aseguró que esos delincuentes son todos de una misma banda, haciendo referencia a que participaron ya en el crimen del gandolero de PDVSA ocurrido en Yacural a principios del mes de septiembre.
Piden a las autoridades competentes que tomen cartas en el asunto, pues “esperan que ocurra una tragedia para investigar, desde hace cuánto se colocan denuncias de los robos que aquí pasan”, expresan parte de los afectados. Explican que casi todos los días los maleantes frecuentan esa zona, pero son los días jueves, viernes y sábado cuando allí están fijos a partir de las 10 de la noche, hora en la que no pasa ni una patrulla por el lugar.
Funcionarios del Eje de Homicidios trasladaron el cadáver del joven a la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda e hicieron las inspecciones en el sitio para comenzar con las investigaciones del caso.