Poder & Estrategia midió recientemente la intención de voto de cara a las regionales. Señala que 47% sí va a votar, 30% no va a votar y 23% no sabe. Ese 23% tiende a disminuir y a migrar hacia el voto, es decir, la participación estaría alrededor del 50-60 por ciento, sería una participación similar a las históricas; en 2012 estuvo cerca del 60%, apuntó Ricardo Ríos presidente de la consultora.
En el mejor escenario la oposición alcanzaría 16 gobernaciones y en el peor entre 9 y 10 gobernaciones. El piso está subiendo a unas 12-13 gobernaciones, siendo conservadores, agregó el politólogo. La consultora también revela que 70% considera que el voto es útil, independientemente de las condiciones en las que se produzca el ejercicio del sufragio.
El gobierno, por su parte, recibió una bocanada de aire debido a la desmovilización opositora. A principios de 2017 el chavismo giraba en torno a 15% de aceptación y actualmente se encuentra en 23%. 50% respalda los liderazgos opositores y los no alineados fluctúan entre 20 y 30 por ciento.
Factores en contra
Expone Ríos que en contra de la oposición juega la desmotivación y la desmovilización. Durante los cuatro meses de protestas en el país el discurso opositor no fue el escenario electoral sino la insurrección.
Buena parte de la población opositora se plegó a ese discurso. Al desmovilizarse la calle, producto de un error discursivo y sostener que el 30 de julio se acababa el país –todo o nada- sumado a la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), se generó un vacío, la gente sintió que perdió todo.
“Los extremos en política son muy delicados porque siempre habrá un día después, la política es el arte de lo posible”.
Al mismo tiempo el gobierno llama a elecciones porque sabe que la oposición se desmovilizó.La oposición acepta el escenario electoral, se contradice y provoca que sus militantes le pasen factura.
“Si los actores políticos señalaron durante cuatro meses que esto es una dictadura así como las irregularidades del sistema electoral cómo se llama a elecciones, fue la pregunta de los militantes. Hay rechazo por parte del sector más radical de la oposición”.
No obstante, Ríos destaca que la abstención tiende a disminuir a medida que se acerca el 15 de octubre.
El gobierno tiene en contra la profunda y severa crisis económica, la más grave en la historia de la República desde que se registran indicadores: inflación, desempleo, pobreza, variables sociales, entre otros, lo que se traduce en una crisis política.
La autocomplacencia es otro de los factores que juega en contra del gobierno que estima aplicar la estrategia de 2012, cuando Hugo Chávez ganó las elecciones y posteriormente, por un efecto de arrastre, alcanza la mayoría de las gobernaciones.
Error de cálculo
El analista explica que el cálculo político es errado. El oficialismo supone que la ‘victoria’ alcanzada tras la ANC se repetirá en las regionales.
“A propósito de las elecciones a la ANC el oficialismo corrió solo. Según su visión, lograron una movilización importante de votos que aseguran los respaldará en las estadales y eso no es así porque buena parte de los electores se movilizó tras la coerción”.
El especialista señala que el Estado es cada vez el mayor empleador aunado al carnet de la patria, bolsas del CLAP, entre otros factores que coaccionaron al elector. Además, no había una opción diferente al momento de ejercer el voto.
Si vuelves a forzar a la gente, el voto sería por la otra opción. La campaña del 30 de julio no ha sido la mejor del chavismo, fue de muchísima presión, por lo tanto es un error de cálculo adosarla a las regionales, insiste.
Añade que uno de los jefes de campaña de Carmen Meléndez aseguró que alcanzarían más de 520 mil votos lo cual es absurdo ya que ningún candidato en Lara ha obtenido ese número de sufragios.
Henri Falcón vs Carmen Meléndez
El candidato que resulte ganador obtendrá alrededor de 400 mil votos, dice Ríos.
A su juicio Lara es un estado muy sui géneris. Falcón es un candidato opositor visto como muy ambiguo.
Las primarias “dejaron corazones rotos” porque los militantes de Voluntad Popular y Primero Justicia (alianza que respaldó a Luis Florido), no están del todo convencidos en apoyar al gobernador.
“Parte de la militancia de VP y PJ simplemente no quiere Falcón, no lo ve como una alternativa opositora y eso le restará votos”.
Argumenta que más allá de la maquinaria lo que define a la oposición es el voto espontáneo, el cual está desmovilizado por las inconsistencias discursivas y por el candidato, sumado al tema gestión: el agua es un punto álgido, se trata de la más cara de Venezuela y no es el mejor servicio. Elementos de este tipo le pasarán factura a Falcón.
Paralelamente, tiene un adversario que por primera vez concentra al chavismo. La almirante está aglutinando corrientes que hay dentro del PSUV sin mencionar que dispone de suficientes recursos para la campaña.
“Falcón tiene mayores posibilidades de victoria pero no la tiene asegurada. Actualmente tiene una intención de voto de casi diez puntos por encima de su contrincante”.
Discurso
Un elemento común que registra Poder y Estrategia en el discurso de los candidatos opositores es la palabra vota. La importancia de romper la abstención porque la coalición sabe que es el enemigo a vencer. Es en el sector no alineado y abstencionista opositor donde está la posibilidad de victoria de la oposición.
En el caso de los candidatos oficialistas el discurso es disperso y diverso según los grupos ya que dentro del chavismo hay varias corrientes claramente identificados: Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Tareck El Aissami, Frente Francisco de Miranda y Elías Jaua.
Un elemento común es conectar con las bases a través del discurso ideológico y por su puesto Hugo Chávez es el eje afectivo.
Más allá del discurso, las menciones de los candidatos están dirigidas a su líder de partido. Carmen Meléndez hace referencia permanentemente a Nicolás Maduro.
Los gobernadores que hoy van a la reelección enfocan su campaña en la gestión, precisa la fuente.
Precandidatos a la presidencia
Otra apreciación de la consultora a propósito de la campaña tiene que ver con los candidatos que evidentemente están puliendo su precandidatura a la Presidencia de la República.
En el caso del chavismo está Diosdado Cabello, quien tiene dos años haciendo campaña en el país aunque no goza de un consenso absoluto, además es el que acompaña a los candidatos a las gobernaciones.
Por parte de la oposición está Henrique Capriles (está inhabilitado pero eso no está escrito en piedra y el gobierno pudiera utilizar esta carta para fragmentar mucho más a la oposición). También está Henry Ramos Allup, quien está girando por las regiones.
“En teoría el año que viene debería haber elecciones presidenciales, Nicolás Maduro tiene un entorno que lo va a obligar a concretar tales comicios, por lo que vemos en esta campaña a varios actores posicionando su imagen”.
Obstáculos
La no sustitución de los candidatos en la boleta electoral es apenas uno de los tantos obstáculos que enfrentará la oposición. Las condiciones no son paritarias, sin embargo, hay mucho que buscar institucional, política y electoralmente, expresa Ríos.
A su juicio quedó demostrado que la vía insurreccional no es eficaz políticamente y parte de la oposición lo entiende.
-La idea es apropiarse de la conducción del Estado por las vías institucionales, quizás no es fácil pero es más probable. No pareciera que va a ver sustitución porque es algo que le conviene al gobierno y sin duda generará votos nulos. Todo dependerá de la comunicación efectiva por parte de la oposición.
Hay varios elementos que el 30 de julio fueron precedentes negativos, agrega.
No hubo tinta indeleble, hubo centros de votación alternos o de contingencia, no hubo testigos de mesa y no se publicaron los votos nulos; son elementos puntuales que deben ser denunciados para que no se repitan.
Igualmente la eliminación de centros y mesas juegan en contra del voto opositor. El 30 de julio se eliminaron mesas como una manera de castigo. Es un obstáculo más. Si estás decidido a votar caminas unas cuadras más pero si no lo estás eso incidirá negativamente.
-La oposición es mayoría pero eso no siempre se traduce de forma automática-cuantitativa en resultados electorales y menos en una elección a gobernadores.
Pese a todo el analista considera que se trata de una cuesta que la oposición está en capacidad de remontar en términos cuantitativos. Sin olvidar que la innegable inconsistencia discursiva le está pasando una factura muy alta a la coalición.
“Para el 15 de octubre va a haber una elección normal con más o menos movilización, con menos centros de votación, aunque no será un elemento determinante. Hay sencillamente una suma de factores que pudieran incidir en el comportamiento del elector”.
¿Se suspenderían?
El entrevistado no cree que a una semana de las elecciones el gobierno se atreva a suspenderlas por cuanto se traduciría en un costo muy alto.
Pero sí cree que el gobierno lleve a cabo declaraciones y acciones provocadoras para desmovilizar el voto.
“El diálogo fue uno de esos elementos y más recientemente el presidente Maduro dijo que gobernador electo debe juramentarse ante la ANC, generando incomodidades en la militancia opositora. Eso es parte de una estrategia para desmovilizar”.
-¿Descarta que el gobierno concrete esa juramentación ante la ANC?
-El gobierno es capaz de realizar cualquier acción que vaya en detrimento del apoyo opositor. Dependerá de la habilidad política opositora no caer en provocaciones de forma. Como actor político puedes acogerte a lo que dicta taxativamente la Constitución.
-¿No ha sabido la oposición capitalizar el poder electoral que tiene?
-Sin duda alguna. No está logrando conectar con esa base opositora que adversa al gobierno. 80% adversa al gobierno. Ese 80% no es automáticamente opositor. Es allí donde vemos que la Unidad ha tenido problemas para conectar con ese severo descontento. Una campaña exitosa para la oposición fue en 2015 cuando la molestia se tradujo en votos. Fue un golpe que el chavismo aun no logra procesar porque Maduro habla de la ‘derrota que se auto infligió el pueblo’. Muchos dicen que el gobierno hace lo que le da la gana pero eso ha tenido un costo altísimo como las sanciones y el aislamiento. El gobierno ha sido torpe y ha ido restando. Si la oposición no entiende eso y no logra comunicar efectivamente las cosas solo generará mayor abstención y desmovilización.
-¿En qué falló la MUD después del 6D de 2015?
-Fue muy dispersa su gestión. Ha podido enfocarse y ser más estratégica. Fue un error prometer un lapso y decir que en seis meses se saldría del gobierno. La oposición se lanzó al revocatorio a partir de abril y no en enero, mal interpretó el enorme capital político y pensó que por una vía distinta al revocatorio (jurídica) iba a desplazar al gobierno. Fue un mal cálculo. Eso le dio tiempo al gobierno, que además es hábil para recuperarse.
-¿Cuál debe ser el comportamiento de la MUD a partir del 16 de octubre?
-Primeramente es un preludio de lo que pudiera suceder en las presidenciales. Un elemento fundamental a partir del 16 de octubre es que la oposición va a tener más gobernaciones y eso es poder Ejecutivo, es decir, recursos.
-¿Implicará eso más zancadillas en el tema presupuestario, posibles inhabilitaciones?
-Claro, eso será una carrera de obstáculos. El gobierno perdió el clamor popular y se afianzará en estrategias dilatorias para ganar tiempo porque viene perdiendo espacios.
-¿De qué dependerán las elecciones municipales?
-Dependerán del resultado de las elecciones a gobernador. Si el resultado es contundente el gobierno maniobrará para evitar las municipales. Eso igualmente tendrá su costo político. El gobierno vulnera la norma pero eso tiene costos internos y externos.
-¿La MUD le da oxígeno al gobierno?
-A veces la torpeza le da oxígeno, no porque exista un acuerdo velado entre los actores sino porque la oposición actúa torpemente. Si tienes la mayoría electoral ¿por qué apostarle a un escenario insurreccional que no es eficaz políticamente? En ese sentido por supuesto que la MUD le da oxígeno al gobierno.