Altemio Sequera regresa a las tablas con obra de Nueva Escena

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Altemio Sequera regresa a las tablas tras ocho años de ausencia. El próximo lunes 29 de octubre, Sequera, quien nos adelantó que se jubila de sus responsabilidades gerenciales con el Instituto Municipal de Cultura y Arte (IMCA) para dedicarse de lleno al teatro, representará a Don José Luis en la obra Las morocotas no están al final del crepúsculo del grupo Nueva Escena. Así lo aseguró en visita a este rotativo.

El auditorio del Colegio de Médicos abrigará el montaje original del dramaturgo Rodolfo Sequera, a propósito de los Lunes Culturales de la Unión de Narradores Orales y Escénicos de Venezuela (Unoes), institución que está celebrando 23 años de su fundación.

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El espectáculo será propicio para festejar los 45 años de trayectoria de Altemio Sequera, quien comparte la obra con Víctor Rivero, actor que da vida al personaje de Aurelio.

La pieza, que se ha destacado con éxito en escenarios locales, nacionales e internacionales (Argentina y Uruguay), regresa a la ciudad para sumergir al espectador en el Barquisimeto de los años 50.

La sinopsis de la obra revela que corren los años 50 con su torbellino de situaciones y frenesí de la época. Don José Luis, el próspero comerciante que atribuye sus méritos y virtudes a la gran fortuna que logra amasar; Aurelio, le acompaña en el día a día como su fiel ayudante y aprendiz. Se genera una complicada discusión sobre el triunfo, la bonanza y las aspiraciones mutuas.

El choque de ambiciones hace surgir una confusa situación que llevará a la lucha por lograr más y más, hasta el punto de buscar las preciadas morocotas, los doblones de oro escondidos en callejones, árboles, viejas casonas. La presencia de un mapa hace acrecentar la ambición y esa búsqueda les llevará a episodios de reconocimiento, de descubrir la andanada de ilusiones y sueños con el oro que aún no está en manos de ninguno de los dos personajes.

Las calles de Barquisimeto, donde el cocuy se contrabandeaba, la avenida Comercio, El Obelisco como símbolo de metrópolis y el “Manteco” como fondo, descubrirán esos sueños ocultos activados por la ambición.

Teatro para rato
A pesar del trabajo como gerente del IMCA, no me desvinculé del teatro, expresó Altemio Sequera.
“Esa es mi vocación real. Ante todo, he sido actor de teatro. Volver al escenario es parte de un ciclo. Al leer el texto de Rodolfo, consideré que era una buena oportunidad, conversamos con Víctor para que abordará el otro personaje, vinieron los ensayos y aquí estamos de nuevo”.

Sequera comenzó a hacer teatro en el 67, luego de actuar en la escuela, el liceo y en los patios de las casas.
“El actor tiene que ser un creador moldeable, debe tener una gran capacidad para adaptarse a diferentes situaciones, personajes y mensajes, no puede ser dogmático. El actor es como una esponja que absorbe cualquier cantidad de cosas, es un gran observador, vive pendiente de su entorno”, aseguró.

Añadió que Barquisimeto es privilegiado, ya que fue la primera ciudad que tuvo escuela formal de teatro, siendo ésta la que fundó el maestro Carlos Denis en el 58.

“Recibí tremenda herencia de esa escuela de parte del maestro Oscar León García, quien fue mi primer maestro… hay un desarrollo, hay mucha producción, el trabajo teatral en Barquisimeto ha sido diverso. En este momento, hay una generación de muchachos trabajando muy seriamente por el teatro”.

Para Sequera hacer teatro es una de las cosas más grandes que ha experimentado a lo largo de su vida.
“Es pasar de lo cotidiano y ordinario a otros mundos, es tener cantidad de vivencias, conocer personajes. Un actor tiene la posibilidad de vivir muchas vidas. Es el arte más completo”. Añadió que el teatro es un gran compromiso. De ahí, el miedo escénico.

“Nadie pierde el miedo escénico, todos los días y en cada instante va a estar… cuando uno está en el camerino, hay un miedo y se debe al respeto que uno le tiene al público”.
Precisó que ahora hay teatro para rato.

“Me retiro de la gerencia cultural, del gobierno y la alcaldía, para asumir el teatro, el cine y la televisión de forma independiente a través del grupo Nueva Escena y La Compañía Regional de Teatro”.

La ilusión de lo fácil
Por otra parte, el dramaturgo Rodolfo Sequera, autor de la obra, dijo que las morocotas son el pretexto que se mueve dentro de la pieza para identificarnos históricamente con esa ilusión de lo fácil.

“No están al final del crepúsculo es una reflexión que invita a público a descubrir por qué no están al final del crepúsculo.

“Es un texto pensado no sólo para el espectador sino también para los actores. Es un obsequio para la ciudad y nuestro pasado cercano”.

Honor
Víctor Rivero, de la agrupación Espacio Silente, comparte escenario con Altemio Sequera, quien fue su maestro.

Al respecto, manifestó que es un honor para la agrupación el encuentro. “Me siento muy honrado, es una gran responsabilidad actuar al lado de mi primer maestro. Es una alegría estar al lado de 45 años de trayectoria, es todo un aprendizaje. Más que un tributo para Espacio Silente es un honor para nosotros ser parte de este proyecto”.

Alianza
Elienay González, productor de la Unoes, dijo que la relación entre Altemio Sequera y la Unoes ha sido estrecha. “Siempre que ha podido nos ha apoyado. Altemio es una de las personas más serias en cuanto a teatro. Es un gran actor y sobre todo formador de actores, es parte de una importante generación, nunca se desvinculó de nosotros ni de su oficio”. Tenerlo en los Lunes Culturales es un privilegio.

Fotos: Cortesía Rodolfo Sequera

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