Ahora las personas de la tercera edad, cuando acuden a los bancos para retirar su pensión del Seguro Social, salen muy disgustadas, extremadamente molestas, porque los cajeros les dan sólo una parte de la mensualidad, ya que no hay suficiente dinero.
Igual ocurre con quienes deben cobrar un cheque, porque generalmente el monto que está siendo pagado es de apenas 50 mil bolívares.
En la calle, quienes están pasando por esta situación se preguntan: ¿Cómo es que el Gobierno ahora está desarrollando nuevos programas de beneficio social, como la Chamba Juvenil, a cuyos inscritos les van a pagar cierta cantidad de dinero y en los bancos dicen que no hay efectivo?
¿Cómo es que no hay dinero cuando el Gobierno anuncia que otorgará beneficios a un inmenso número de personas, como las llamadas madre de la patria?
Estas preguntas y las anteriores observaciones se la hicimos al Dr. Orlando Zamora, ex jefe de la División de Riesgos del Banco Central de Venezuela y actual analista financiero independiente, en base a las inquietudes planteadas por los lectores de EL IMPULSO.
-Realmente -explicó-, es muy poco el dinero en efectivo que tiene el Banco Central de Venezuela y, por consiguiente, las entidades bancarias del país.
El BCV, precisó, cuenta con 32.000. 000. 000.000 de bolívares. En cristiano, 32 billones de bolívares. Pero, apenas el 4 por ciento de esa cantidad corresponde a billetes de las diferentes denominaciones.
Es por eso que el pensionado no puede recibir su pensión como él desearía y como lo ha ordenado el propio Presidente de la República en uno de sus maratónicos programas de televisión o la Superintendencia de las Instituciones Bancarias de Venezuela (Sudeban) a través de un boletín informativo.
El descalabro
Lo que está ocurriendo en estos momentos es el aterrizaje de una política desordenada e irresponsable, sostiene el Dr. Zamora.
Se ha creado una situación de hiperinflación a través de todas las medidas que ha venido adoptando el Ejecutivo nacional.
Hay un descalabro en el sistema monetario porque el dinero no recoge el valor de los precios.
Las dificultades de la gente para comprar lo que necesita se acrecienta cada día porque la inflación se ha tornado irrefrenable.
La política monetaria es irresponsable. Y el ejemplo más palpable fue la salida abrupta del billete de cien bolívares en diciembre del año pasado que nos ha llevado a un círculo vicioso.
El precio de un billete
Generalmente, la gente no sabe cuánto cuesta fabricar un billete.
El Dr. Zamora afirma que imprimir dinero en papel genera pérdidas por esa política monetaria irresponsable a la que se ha referido.
El costo de impresión de un billete es de 24 céntimos de dólar. En la conversión de nuestra moneda, 5 mil bolívares. Y ya vemos cómo mucha gente hace picadillos los billetes de baja denominación porque considera que con ellos no se puede comprar nada. Fotocopiar un billete de cien bolívares saldría en 600 bolívares. Esto quiere decir que el valor de esa moneda no es rescatable.
No ha habido por parte del Gobierno sinceridad cuando habla de dinero, ya que miente, dice el Dr. Zamora. Se ha venido mintiendo en cuanto a los billetes impresos.
Los billetes nuevos no sólo superaron al cono monetario, sino al viejo cono porque el billete de mayor denominación –el de 20 mil bolívares- está por debajo de un dólar. Está desprovisto de valor para facilitar las transacciones.
Dinero digitalizado
La dificultad que tienen los bancos al no poder atender la demanda de sus clientes se debe precisamente a la falta de efectivo, porque la relación es demasiada abismal entre el dinero digitalizado y el físico. Este último, como ya he indicado, es de apenas el 4 por ciento de todo el volumen es de 32 billones de bolívares, que se representa con 32 acompañado de doce ceros.
El dinero que se puede imprimir está muy rezagado con respecto al circulante. Eso crea dificultades de todo tipo.
Los sistemas digitalizados se encuentran en condiciones adversas porque no han sido repotenciados.
Fueron concebidos para un movimiento determinado cuando no había tanto dinero digitalizado y, por supuesto, no se pensó jamás que la inflación se disparara hacia el infinitivo como ha venido ocurriendo en el curso de los últimos años.
Hay día en que puede haber 10 millones de transacciones y, por supuesto, esos sistemas no están preparados para realizar todas las operaciones.
Dólar frente a otras monedas
Otro factor que debe ser tomado en cuenta es que una gran cantidad de transacciones que se realizan en el país deben ser en moneda extranjera. Tanto es así que el Gobierno pretende ignorarla. Y ha creado la fantasía de que va a trabajar con monedas china (yuanes), rusa (rublos) e india (rupias), cuando la realidad es que la moneda reconocida mundialmente en las operaciones comerciales y financieras es el dólar.
Pero, como todos sabemos, es muy baja la generación de dólares para el país, porque Venezuela tiene como principal producto de exportación el petróleo y por su venta esos recursos los recibe PDVSA.
Los sistemas bancarios se activan cuando hay moneda extranjera y más concretamente, dólares; pero, estos debido a la caída del precio del petróleo, a la merma de la producción de crudo en el curso de los últimos años y la imposibilidad de que el sector privado pueda exportar, escasean cada vez en mayor cantidad.
Por supuesto, al descalabro mencionado no se puede pasar por alto la política cambiaria impuesta por el Gobierno.
Ya hemos hecho referencia al sistema de pago por medios electrónicos y físicos; pero, no se puede obviar que no se ha impreso tanto dinero como ha anunciado el Gobierno y al mismo tiempo quedaron desactualizadas las denominaciones mayores.
El ascenso de la inflación
Al Gobierno parece no importarle el ascenso de la inflación, ya que esta está dada porque el dinero se ha venido creando alegremente.
Cuando el BCV hace transacciones también lo hace irresponsablemente porque ha creado un enorme monstruo que cada día se hace más gigantesco: el dinero en computadoras.
Ese dinero digitalizado no es real.
Y como no lo es, no aumentó la producción.
Es por ello que todos los días vemos cómo la gente que sale a la calle se queja, inútilmente, de la situación, ya que aunque tenga mayor cantidad de dinero, este no le va a alcanzar para cubrir sus necesidades, sobre todo en lo más elemental, como son los alimentos.
Si no hay ingresos de dólares, no existe la posibilidad de que el Gobierno pueda importar alimentos en las cantidades que se requieren, porque ya sabemos que el aparato productivo venezolano se encuentra en situación muy delicada, precaria.
Y ahora vemos cómo los medios de pago están en situación grave, porque los medios físicos no alcanzan.
Ajustes salariales
La situación no puede cambiar de la noche a la mañana porque la inflación existe, la producción nacional es muy baja y el Gobierno persiste en mantener sus absurdos controles, que impiden producir con márgenes razonables de ganancia.
La inflación no sólo existe sino que crece desmesuradamente cada día. Se contiene la producción por las diversas medidas que se han venido tomando. Y nada se hace para eliminar los controles absurdos que impiden producir con márgenes razonables de rendimiento.
A todas estas partes del problema se añade la cantidad de ajustes salariales que ha venido aplicando el Ejecutivo nacional. Cada dos meses hay un ajuste salarial, que es anunciado como una defensa al salario y a la estabilidad laboral; pero, esa medida es donde se ejerce la mayor presión inflacionaria.
Los empresarios tienen que ajustar los precios a ese terrible crecimiento. y, por supuesto, los pocos productos que salen al mercado tienen un nuevo valor más alto. Estamos en un círculo vicioso que se repite continuamente.