Las medidas impuestas por el Gobierno norteamericano contra la actual administración, impidiendo la emisión de deuda venezolana a ese país así como su renegociación, limita sustancialmente las opciones que tiene el gobierno venezolano para financiarse y cumplir con su ciudadanía, “que es ante la que tiene que responder”.
Así lo aseguró Karelys Abarca, economista e investigadora del Observatorio de Gasto Público del Centro para la Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice Libertad), al comentar el impacto de las medidas dictadas por el Presidente Donald Trump.
-Las sanciones en materia de deuda reducen el margen de maniobra del gobierno venezolano, encareciendo su acceso a las divisas del comercio internacional. demás podrían dificultarla apertura de cartas de crédito en el exterior por parte de empresas, lo que reduciría los períodos de pago de mercancías, obligando en ocasiones a realizar pagos de contado-, preciso la economista.
Abarca comentó que entre las “maniobras” que puede utilizar aún el gobierno nacional, está la venta de oro para enfrentar el déficit de divisas y el pago de deuda pendiente, el “biomonetarismo” transacciones en moneda nacional para operaciones internas, y turismo, y en divisas para importaciones y producción para exportación y el uso de monedas de otros países aliados dentro de la economía venezolana para las transacciones internacionales (yuanes, yenes, rupias, rublos).
Sobre esta última medida, la investigadora de Cedice Libertad acotó que independientemente de la divisa transada, el precio de referencia seguirá siendo el dólar estadounidense.
“Lo que esta orden ejecutiva intenta es enviar un claro mensaje al gobierno venezolano, para que se respeten los derechos humanos, se restablezca el hilo constitucional y se impida mayor desmantelamiento del Estado de Derecho y naturalmente de su carácter republicano”, insistió Abarca.
Recordó que las últimas medidas tomadas por el gobierno venezolano, no corregirán ninguno de los efectos perversos generados por sus políticas marcadas política e ideológicamente, y por ende el ciudadano de a pie seguirá sufriendo los efectos de una mayor escasez e hiperinflación, con sus consecuentes y trágicos impactos sociales, precisó Abarca.