#ESPECIAL El Casco Histórico de Barquisimeto cuenta su propia historia

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El Casco Histórico de Barquisimeto –comprendido desde la calle 21 con carrera 18 hasta la calle 27 con carrera 14- está asociado a la memoria colectiva de los hechos fundacionales y representa los primeros indicios de una ciudad construida hace más de 400 años.

Los historiadores lo consideran una muestra fiel y exacta del origen de las nuevas ciudades. Este espacio donde se conjugan los trazos originales de las principales edificaciones históricas, es inherente a la dinámica urbana y social de Barquisimeto.

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Se ha convertido en una zona de la ciudad que se transforma y evoluciona de la mano con la sociedad larense y sus cambios. El presidente de la Fundación Amigos del Patrimonio Cultural de Barquisimeto, José Humberto Montoya, recuerda que aunque el 14 de septiembre aparenta ser la fecha fundacional de Barquisimeto, la realidad que describió el cronista Ramón Querales, y según algunas reseñas históricas, el hecho ocurrió entre el 10 y 17 de mayo de 1552, luego de que Juan de Villegas saliera desde Quíbor y El Tocuyo e hiciera un recorrido que duró en aproximado 10 días, momento cuando arribó al sector Buría y comenzó a transitar por donde actualmente se considera el centro histórico de Barquisimeto.

¿Cómo se ha valorado este ícono de identidad y cultura? La docente de la UCLA Gisela Boscán de Pacheco explicó en un resumen de la Revista Universitaria de Investigación y Diálogo Académico que Venezuela afrontó en la década de los 60 y 70 un fenómeno que le dio paso al modernismo, y el epicentro para ese entonces era transformar el paisaje urbano tradicional, cambiándose expresiones como “Caracas la ciudad de los techos rojos” por la ciudad del futuro.

Para ella, esta situación se observó en el Casco Histórico de Barquisimeto, donde sucedieron cambios constantes:En opinión de Boscán, el primero de ellos fue que esa zona de la ciudad pasó a ser reconocida como un centro polifuncional, donde se distinguía por la intensidad de usos en actividades gubernamentales, comerciales, administrativas, religiosas, culturales y residenciales; es decir que funcionó como un centro cohesionador de la sociedad barquisimetana en diferentes épocas.

“El centro de la ciudad ha sido el espacio de encuentro de los ciudadanos, de manifestaciones de costumbres y tradiciones, fomentando los valores de identidad y sentido de pertenencia, en un contexto signado por diferentes usuarios, tales como, las personas que acuden a cumplir con alguna actividad; los que lo visitan como sitio de encuentro; las personas que trabajan en el centro pero no viven allí y las personas que viven y siente el centro como su hábitat fundamental, representando tal vez los símbolos y significados que atesora una comunidad residente, pero que tímidamente se ocultan ante la diversidad de usuarios definidos por las escalas que simultáneamente se expresan por ser centro de ciudad (escala urbana) y centro de historia. (Escala social)”.

Con ello vino el auge de los distintos locales, centros comerciales y residencias. Montoya opina que es sumamente lamentable la cantidad de viviendas históricas que han sido demolidas para que se construyan estacionamientos y edificaciones nuevas, lo que traerá consigo la pronta desaparición del Casco Histórico.

“Cuando en una reunión de Fundapatrimonio un cronista nos aseguró que dentro de cinco años iba a desaparecer el Casco Histórico, yo les indiqué que eso sería muchísimo antes, y que por los vientos que soplaban las casas seguirían cayéndose, porque sigue sin existir una atención y restauración a estas viviendas. Lamentablemente hay una desatención del punto histórico de nuestra ciudad, y los encargados en la materia lo dejan todo para después. Barquisimeto está perdiendo su historia y tradición”, expresó.

Efectivamente la docente se refirió a que las formas de ocupación de los espacios, históricamente pareciera estar en presencia de una conducta aprendida en cuanto al ejercicio del poder, ya que el ciclo de destrucción, reconstrucción y conservación ha sido repetitivo en diferentes escenarios, épocas y condiciones. Lo que asegura ha variado el significado que le ha otorgado la sociedad a cada uno de estos hechos en procura de construir su sentido de identidad, arraigo y desarrollo.

“En diferentes escenarios, incluso en las prácticas de revitalización de centros históricos se ha escuchado que la ciudadanía ‘no cuida su patrimonio cultural’, pero realmente ¿la gente considera que ese es su patrimonio? ¿Será que esta es la actitud que se ha observado muchas veces en los estados de abandono y falta de mantenimiento al cual se somete el centro de Barquisimeto? ¿Bien sea por la autoridad local y los propios ciudadanos que lo viven y lo transitan? ¿Será que lo definido por la autoridad en materia de patrimonio como señas de valoración no coincide con las marcas y símbolos que tiene la ciudadanía?”, se pregunta Boscán.

Aunque Montoya reiteró que la esperanza no está perdida y que cada vez son más los grupos que intentan involucrarse con los espacios de sus ciudad.Él ha podido ver incluso como algunos ciclistas han apoyado la propuesta de que Barquisimeto cuente con una ciclovía, y han trazado una ruta que bordea los lugares emblemáticos de la ciudad como lo son el Museo de Barquisimeto y el Centro de Historia Larense; por lo que aún hay quienes tratan de sensibilizar al resto de la población para recuperar el amor por su ciudad.

No solo la historia es inseparable de lo que significa el Casco Histórico, este sitio ha conseguido una peculiaridad, donde las infraestructura, el quehacer humano e incluso los cambios políticos, han influido de manera directa en el comportamiento que se nota en este lugar y su esencia. Algunos barquisimetanos aún tienen la aspiración de salvar su Casco Histórico e intentar lograr lo poco que queda de un valor inestimable.

 Cuantiosa actividad

La actividad en el centro de la ciudad inicia desde muy tempranas horas de la mañana.  A partir de las 6:30 am se comienzan a escuchar las cornetas de los autobuses y su pasar a rápida velocidad en las principales avenidas de la ciudad.  En ese momento igualmente es notoria la presencia de los vendedores ambulantes que le ofrecen desde café, fororo y cigarrillos a todos los que por ahí transitan. Desde las 7:30 am hasta la 8:30 am es la hora pico cuando las paradas de autobuses se encuentran repletas de personas que portan sus uniformes de trabajo y loncheras con sus respectivos almuerzos.  Notablemente las paradas con mayor cantidad de usuarios son las de Transbarca, que es uno de los servicios de transporte más  buscados por sus bajos precios, pero lamentablemente se observa cómo las personas pueden esperar durante más de una hora por la llegada de este medio de transporte.

En la avenida 20 la historia es un poco distinta, a lo largo de toda la vía se observan diferentes colas que por la cantidad de cartones en las calles y de personas con un aspecto agotador, es notorio que se forman desde horas de la madrugada; en algunas de ellas se pueden ver adultos mayores quienes esperan bajo la lluvia y el sol para cobrar su pensión, acción que deben repetir constantemente por la escasez de efectivo en la entidad.

Otros hacen sus filas en búsqueda de adquirir algún producto regulado en los principales abastos o farmacias. Para muchos estas son solo unas simples colas, pero quienes participan en ellas son testigos de ciudadanos que día a día luchan o hacen lo imposible por adquirir los alimentos a buen precio y estirar su irrisorio salario, sin dejar de lado que otros lo hacen como una fuente de ingresos revendiendo los productos que consiguen a precios exorbitantes.

Los adultos mayores igualmente son protagonistas del centro de la ciudad en horas de la mañana, quienes día a día describen cómo es vivir un calvario para intentar cobrar su pensión. En su mayoría solo logran retirar 20.000 bolívares diarios que en su opinión no les alcanza ni para pagar el pasaje a quienes viven en municipios foráneos.

Diligencias y delincuencia

Alrededor de las 10:00 am y lo que resta de la tarde, el centro se vuelve un lugar de diligencias. Se convierte en pesado el tráfico en la carrera 19 o en la avenida 21, donde transitan quienes van de pasada, quienes realizan diligencias y camiones descargando mercancía que día y noche se observan en los famosos locales de “los chinos”. A estas horas salen a hacer vida los vendedores de tostones, bambinos; y se ubican en distintas esquinas comerciantes con sus puestos de comidas móviles a ofrecer desde empanadas hasta almuerzos, todos con la respectiva cocción de la comida rápida. Igualmente en algunos puntos del centro se observan zapateros ofreciendo sus servicios, técnicos que reparan celulares, barberos, hasta quienes intentan cumplir una función de odontólogos y colocar frenillos.

Es evidentes que existe un descontrolado comercio informal que abarca a su vez a vendedores de frutas y verduras, y compradores de oro y pesos. La delincuencia es típica en esta zona de la ciudad. Quienes viajan en autobús deben cargar  su pasaje en mano y adicionalmente dinero para pagarle a los llamados charleros; algunos son sanos y solo venden chucherías, otros piden para pagar medicamentos y le muestran sus heridas a todos los pasajeros para que les crean, y los más decentes cargan su guitarra en mano y le dedican serenatas a los viajeros y piden una colaboración a quienes estén dispuestos a dárselas.

Pero lamentablemente siempre existe la amenaza de aquellos que infunden terror para que les den algo de efectivo. “O meten su mano en el bolsillo y me colaboran con algo, o yo mismo meto la mano en sus carteras”, son algunas de las típicas frases; hechos que duplican el precio del pasaje en cada viaje.En el peor de los casos, varios autobuses a la semana son secuestrados con sus pasajeros, y los maleantes aprovechan de despojarlos de sus pertenencias personales.

Luego se dedican a pedir rescate por la unidad secuestrada. Hechos descritos por el gremio de conductores y pasajeros frecuentes quienes están cansados de pedir a gritos y a través de todos los medios de comunicación que se implemente un plan de protección de la mano con los organismos  de seguridad.

Oscura realidad

El escenario se convierte en algo mucho más dantesco cuando cae la noche. Vuelve la hora  pico y todos regresan a sus puestos de trabajo, por lo que las calles se encuentran llenas de transeúntes y en las paradas se pueden formar colas de hasta dos cuadras de distancia, principalmente en la avenida Vargas para quienes transitan para Cabudare o sectores lejanos como Río Claro o el norte de la ciudad.

Sin embargo, luego de que todos se montan en sus transportes, la calle queda por completo en soledad y oscuridad, porque a la mayoría de los postes de luz, les fueron robados sus cables o simplemente no funcionan.  La delincuencia se desata para quienes deben caminar hacia sus moradas luego de abandonar las unidades de transporte, por lo que ir hacia alguna panadería que aún permanezca abierta y luego caminar al hogar no es una opción segura o sensata.

Al momento en que los locales bajan sus santamarías, se disponen a sacar la basura que acumularon todo el día, aunque casi siempre esta termina regándose por culpa de los animales y personas que escarban en ella para encontrar comida.

De esta manera la avenida 21 se convierte en un basurero donde se encuentran regados todo tipo de desperdicios. Al rato comienzan a congregarse las personas y los animales, quienes aprendieron a convivir juntos en la búsqueda de comida en la basura. Más de 30 personas se observan cada día recorriendo los diferentes basureros.

Ante solo se observan indigentes, pero ahora es común ver ciudadanos medianamente bien vestidos agachados revisando una bolsa negra, e incluso madres de familia con sus bebés en los brazos.

La noche finaliza con otro tipo de comercio informal en las calles del centro de la ciudad: las mujeres y transformistas que salen a vender su cuerpo en algunas esquinas, siendo las más emblemática la carrera 18 con calle 42, carrera 19 con calle 33 y en los alrededores de la plaza Bolívar. Negocio que ha incrementado con el pasar de los meses y en el cual cada vez participan mujeres de menor edad.

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