Este sembradío que caracterizó la geografía del norte de Barquisimeto durante las primeras décadas del siglo XX, tiene algo más de cien años entre nosotros. Oriundo de México de donde se trajeron las primeras plantas, en un lapso de 20 años hicieron del estado Lara uno de los principales productores del henequén y de su industrialización. De allí el nombre de un conocido conjunto residencial del norte de la ciudad: Yucatán, puesto que allí se inició su labranza y de esta ciudad mejicana provenían las primeras especies sembradas al norte de la ciudad. También se cultivaron en las Antillas, Florida, Israel, África y Brasil, siendo este último, en la actualidad, el principal productor del mundo.
Una anecdótica crónica publicada por Eligio Macías Mujica en la edición extraordinaria editada por EL IMPULSO en ocasión del cuatricentenario de la ciudad en 1952, narra el evento, calificándolo como el oro verde por sus diversas aplicaciones industriales y el volumen de mano de obra empleado en el mismo, contiene además, muy precisos datos sobre el primer sistema ferroviario del país.
“El introductor del cultivo del sisal en Barquisimeto fue Emilio H. Joubert, quien nació en Curazao el 22 de agosto de 1872, hijo de Guillaume Joubert y Helena Prince de Joubert. Fue tal su aplicación al estudio y conocimiento de idiomas, que ya a la edad de diez años se vio en la necesidad de usar anteojos. El importe para la merienda lo invertía en velas, a fin de estudiar cuando la familia se recogía y quedaba la casa a oscuras.
A la edad de doce años sus padres lo trajeron a Venezuela. El Presidente Guzmán Blanco le obsequió una onza de oro, por haber sostenido una conversación en inglés. Frisaba en los trece años cuando entró a prestar servicios en la Compañía del Ferrocarril Bolívar, en Tucacas, y dos años después, por enfermedad del titular, se encargó del despacho de buques que transportaban cobre para Inglaterra, así como también de la jefatura de aquella estación que en aquella época era de particular importancia, pues era terminal para el despacho de cobre a Europa y para recibir el carbón con que funcionaban los hornos de las minas de Aroa, lo mismo que el tren ferroviario.
Se enroló en la Revolución Legalista, que acaudilló el General Joaquín Crespo. Veinte años contaba cuando fue nombrado en Duaca Ayudante de Campo del General Elías Torres Aular. Cuando la revolución llegó triunfante a Barquisimeto, el General Torres Aular se encargó de la Presidencia del Estado Lara. El señor Joubert a quien le fue ofrecido el grado de Coronel, lo declinó cortésmente y retirándose de toda actividad política, se ocupó luego como contador del Ingeniero Monburquet, en la reconstrucción de la línea férrea entre Duaca y El Hacha que en el año 1892 había sido destruida por fuertes avenidas, a consecuencia de torrenciales lluvias.
Entró de nuevo al servicio de la Compañía del Ferrocarril Bolívar. Contrajo matrimonio con la señorita Helena León Prince, de cuyo matrimonio tuvo dos hijos: Silvio G. Joubert, establecido en negocios de maquinarias en Barquisimeto y Julia Elena Joubert, esposa del agricultor Cruz María Yépez Gil. Fue nombrado representante oficial de la Compañía del Ferrocarril Bolívar en la recepción del General Cipriano Castro, Presidente de la República, en su visita a Barquisimeto en 1908.
En el año 1912, siendo jefe de estación en Barquisimeto, y debido a repetidas instancias suyas, fue autorizado para emprender el cultivo del sisal en la posesión El Cují. Ya anteriormente había rendido un informe sobre las ventajas del fomento del sisal, y del cual es lo siguiente: “Este es, bajo todos los aspectos, el cultivo más apropiado para terrenos tales como los de El Cují. Esta planta puede desarrollarse bajo circunstancias que ninguna otra podría soportar. Después de la siembra puede aguantar el mejor verano sin perecer y requiere muy poca atención para subsistir.
El 8 de julio de 1913 acusaba recibo de las primeras 5.000 plantas, iniciando así el cultivo del sisal en Venezuela, que al correr del tiempo ha venido a ser una industria importante, especialmente en el estado Lara, donde hoy se cultivan más de 25 millones de plantas, y existe una Compañía Fibro Textil para la elaboración de sacos, además de la Cordelería Occidental, la más moderna del país.
El señor Joubert murió en Barquisimeto el 10 de septiembre de 1935, después de gozar de sólida posición social y económica”
Hoy en día el área de cultivo del sisal se redujo en más del 85% y las empresas, industriales y artesanales han mermado o migraron a otros sistemas de producción.
Tanto el cultivo el henequén, como el sistema ferroviario, con el cual contábamos en el siglo XIX, prácticamente desparecieron como consecuencia de las desacertadas políticas económicas y sociales; de la corrupción y el populismo. Mientras otros países conservaron y expandieron el cultivo del sisal, en el nuestro, el afiebrado urbanismo acabó con tan próspera industria.
