Cuando hace 11 años los vecinos de la calle Orinoco, segunda transversal de la urbanización Fundalara, decidieron instalar un portón para reducir la inseguridad que les venía afectando, hubo unanimidad entre ellos.
Con la instalación del mismo, luego de obtener los permisos correspondientes por parte de la alcaldía de Iribarren, se redujo el ingreso de personas indeseables y las familias comenzaron a disfrutar de mayor tranquilidad.
Además, se contrató un servicio de vigilancia privada que, igual que el portón, se sostienen con el condominio, que de acuerdo a la ley, es obligatorio su pago.
Sin embargo, aparentemente existen algunos vecinos que, con el propósito de evadir el pago de las cuotas de condominio, están tratando, a través de influencias oficiales, de desmontar las normas de seguridad aprobadas por la mayoría.
Este martes, en la urbanización cundió la alarma ante rumores de que desde la alcaldía llegaría una comisión con la orden de retirar el portón, lo que hizo mover a la mayoría de los habitantes.
“Este portón y la vigilancia no es un lujo sino una necesidad para tener algo de seguridad”, manifestaron Marianela Maldonado y Mélida González, presidenta y vicepresidenta de la Junta de Condominio Fundalara Norte, con el apoyo de un grupo.
Explicaron que son 76 familias que, salvo un reducido grupo, no están de acuerdo con la eliminación del portón de seguridad y por lo tanto lo defienden con razones suficientes.