La fiscal venezolana Luisa Ortega acusó este lunes a su sucesor impuesto por la Asamblea Nacional Constituyente, de «inventar delitos» y «construir expedientes» como parte de una campaña del gobierno contra ella, su familia y los trabajadores del Ministerio Público.
Ortega salió clandestinamente de Venezuela hace dos semanas alegando ser víctima de una persecución política, y está bajo protección del gobierno colombiano, que le ofreció asilo.
«Inventan delitos para enjuiciarlos, para privarlos de la libertad», dijo Ortega sobre los funcionarios de la fiscalía venezolana cercanos a ella, en diálogo con la emisora W Radio.
«Enfrentarse al gobierno como lo hice acarrea muchas consecuencias que estoy padeciendo», señaló desde México. «La persecución que hay en mi contra es para que a nadie más se le ocurra hacer esto».
Ortega rompió con el gobierno chavista a finales de marzo tras denunciar un quiebre del orden constitucional a raíz de decisiones judiciales contra el Parlamento de mayoría opositora, y el 5 de agosto fue destituida por la Asamblea Constituyente que rige el país con poderes absolutos.
El jueves, Tarek William Saab, el nuevo fiscal venezolano, acusó a Ortega de ser cómplice de un desfalco de 200 millones de dólares en contratos petroleros con el Estado por no haber realizado las investigaciones pertinentes.
«El fiscal usurpador ocupa su tiempo en construir expedientes para enjuiciarme a mí y a mi familia», dijo Ortega a la emisora.
La funcionaria reiteró que tiene «todas las evidencias, no solamente testimoniales sino documentales», de que Maduro y otros altos dirigentes oficialistas están vinculados con los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Desde que huyó inicialmente a Colombia, la jurista ha hecho un periplo por distintos países de la región para presentar pruebas de abusos del gobierno de Maduro y buscar apoyo para restaurar el orden democrático en su país.
El jueves llegó a México después de haber pasado por Costa Rica y Brasil, con nuevas escalas en Colombia.
La fiscal manifestó que teme por su vida, y por las «muy peligrosas amenazas de las que he sido víctima por parte de algunos representantes del gobierno de Venezuela».
Ortega ha señalado al gobierno venezolano de contratar sicarios para matarla.
Venezuela se encuentra sumida en una profunda crisis económica, política y humanitaria que derivó en manifestaciones callejeras que dejaron 125 muertos entre abril y julio.