Un sabio puede decir que la mayor virtud del ser humano está en hacer lo correcto en lugar de lo “más fácil” para ganarse la vida, ello para que los demás reflexionen sobre la necesidad de ser mejores ciudadanos. Sin embargo, en Venezuela la mayoría de los jóvenes menores de edad parecen estar decantándose por la vía fácil para obtener lo que quieren o necesitan.
El pasado viernes, 19 de octubre, un joven fue atrapado por estar implicado en el asalto a la agencia del Banco Bicentenario, ubicada en el Centro Comercial Terepaima de Cabudare, de donde se llevaron una fuerte suma de dinero. Al ser interrogado, el muchacho simplemente contestó que tenía a su mujer embarazada y necesitaba el dinero que se le ofreció.
En Venezuela ya es motivo de alarma el aumento de la participación de menores de edad en acciones criminales, para muchos un reflejo de la pérdida de valores que experimenta la sociedad desde hace varias décadas y aún mantiene su declive.
Marielys Sánchez de Tamayo, directora del Servicio de Atención Integral al Niño, Niña y Adolescente del estado Lara (Saina), señala que de los 247 adolescentes actualmente recluidos en el Centro Socioeducativo Pablo Herrera Campins, el 60% de estos ha participado en actividades como posesión ilícita de drogas y robo agravado con agresión y violencia.
A estos se suman 32 muchachas ubicadas en el Centro Socioeducativo Barquisimeto.
Asimismo, la funcionaria destaca que alrededor del 10% de los recluidos ingresaron por participación en homicidios. Otros casos obedecen a forjamiento de documentos de identidad.
Con estas cifras, Lara es el sexto estado con mayor participación de jóvenes en actos criminales, una actividad más vista en la región Central, sin embargo, en Centroccidente la entidad tiene el segundo lugar, debido a su alto índice poblacional con respecto a los demás estados.
“Antes se atendía a adolescentes de otros estados, pero hace dos años eso se dejó de hacer. Lo que pasa es que los organismos de atención de los otros estados pertenecen directamente al Gobierno nacional y sus instalaciones están deterioradas, tal es el caso de Yaracuy, por lo cual era más cómodo enviarlos a Lara”, acotó Sánchez.
La funcionaria destacó que en la entidad se brinda mayor atención a los menores de edad porque el Saina cuenta con los recursos de la Gobernación, que como ente descentralizado está en calidad de darlos.
Peligroso consumismo
Para el sociólogo NelsonFréitez, la comprensión de la creciente incorporación de personas menores de 18 años en actividad delictiva tiene que ver con tres factores fundamentales: la pérdida de control social de los grupos familiares sobre los jóvenes, el debilitamiento del sistema educativo con un alto ausentismo escolar, y la sociedad, que envía a los jóvenes mensajes sobre la realización del individuo a través del alto consumo, sobre todo de marcas de productos muy costosos que ameritan cuantiosos ingresos.
“Esto genera una situación en la cual si no se tiene capacitación, trabajo o percepción de ingresos, el ser humano se siente excluido de una sociedad que tiene nuevas tecnologías, centros comerciales y ofertas para el consumo de todo tipo”, expone.
No obstante, Fréitez apunta que esta situación también afecta a los sectores medios de la sociedad y otros más pudientes. La solución a este problema la tiene la sociedad civil con iniciativas educativas y formativas como la Red Fe y Alegría, para promover en los jóvenes la importancia del estudio y el trabajo.
Foto: Archivo
