Hay un error en el planteamiento y en el ataque a la inseguridad pública por parte del gobierno, asevera el Dr. Ramón Pérez Linárez, abogado penalista y ex juez penal, al ser consultado por reporteros de EL IMPULSO.
Ese problema no se resuelve con planes ministeriales, ni con nuevos ministros, ni tampoco con nuevas leyes, sentencia. Porque es complejo y debe ser analizado desde varios puntos de vista.
En el primer lugar hay que tratar el aspecto policial. Tenemos unos cuerpos policiales con falta de coordinación. Existe un enfrentamiento entre unos y otros, situación que no favorece las decisiones que se tomen para resolver el flagelo de la inseguridad.
Todas las actuaciones policiales deben ser coordinadas y ser operativas, para que puedan cumplir las funciones de prevención, persuación y disuación.
Un ejemplo sencillo es que tengan la capacidad de cerrar la ciudad en minutos ante un problema grave que se presente.
No puede haber enfrentamientos entre la policía nacional, la regional y la municipal.
Lo grave y condenable es que se han politizado las policías y, en consecuencia, se pierde efectividad en todos los planes de seguridad.
Ideal es que exista coordinación, operatividad, capacidad y comunicación para que la información generada llegue hasta el más apatado sitio.
En segundo término, tenemos un Ministerio Público que está encargado de dirigir las actuaciones policiales, para lograr efectividad en el problema.
Pero, ese organismo, lamentablemente, no tiene capacidad operativa para el tratamiento de todos los casos.
Hay un proyecto de municipalización del Ministerio Público que podría traer algunos asomos de operatividad.
Pero debemos reconocer, hay unadesconfianza total de parte de la comunidad de la actuación tanto de la policía como del Ministerio Público.
El tercer aspecto es el judicial. En Lara tenemos el mismo número de jueces que existía en el año 1999, mientras la población ha crecido considerablemente.
Los jueces, entonces, están atiborrados de trabajo, otros que no cumplen con su rol.
En este caso aparecen los jueces de control, que al fin y al cabo, su operatividad está marcada en la desidia, porque no controlan nada.
La función fundamental es tratar que vayan a juicio el menor de los casos, es decir, que todos los casos de pronta solución deben resoverlos rápidamente.
No cumplen el rol por el temor de que si toman alguna decisión que puede afectar a cualquiera lo pueden botar del cargo.
En Lara hay 7 jueces de control, 6 jueces de juicio y 5 de ejecución.
La inseguridad nos afecta a todos, expresa. Pero, lo que llama más la atención es que aqui se le da gracias a Dios cuando una persona ha sido atraada: Menos ml que no te mataron, le dicen.
Fotos: Luis Salazar