Últimamente, los habitantes de los municipios Iribarren y Palavecino deben disponer de horas, a veces hasta días, y de mucha paciencia, para cancelar los recibos del servicio de electricidad.
Todo se debe a la falta de suficientes puntos de pago por parte de Corpoelec, empresa que, antes de facilitar ese procedimiento a los suscriptores, cada día dificulta el cumplimiento del mismo, en primer lugar, por la eliminación de algunos sitios de recepción.
“Este es el tercer día que vengo y de acuerdo a como veo la cola, tampoco hoy voy a lograrlo porque esos empleados no se apuran y algunas de las personas, cuando llegan a las taquillas, inventan todo tipo de preguntas y se demoran, sin preocuparse por los que estamos en la fila”, expresó una ama de casa en las afueras de Corpoelec de Cabudare.
Allí, donde hasta hace unos meses ya era lento el procedimiento, la situación se agravó con los destrozos que unos encapuchados causaron en las oficinas, e incluso, se llevaron algunas de las computadoras, que no han sido sustituidas.
Esta semana, las colas de personas con intenciones de cancelar el servicio eran interminables pues la empresa sólo habilitó una taquilla, insuficiente para la creciente población de Cabudare.
Pero en las oficinas de la avenida Vargas, en Barquisimeto, tampoco ha habido mejoras sino todo lo contrario, Corpoelec no ha habilitado más taquillas de pago y la existente tampoco es suficiente.
Además, no hay informe sobre soluciones al problema que confrontan los suscriptores.