Gabriel Lugo, presidente del Centro de Estudiantes de arquitectura de la Universidad Central de Venezuela, núcleo Barquisimeto, acompañado de Orlando Rosales, secretario de propaganda de la misma organización, expresó su preocupación por el riesgo que significaría perder el semestre debido al retraso en el reinicio de las actividades. Problemas con el suministro de agua y las fallas que mantiene la infraestructura que sirve como sede de dicha casa de estudios, son las principales causas que han redundado en la suspensión de las clases desde la semana pasada.
“Las clases están paralizadas desde el miércoles (17 de octubre), y si no se reinician este lunes (22 de octubre) corremos el riesgo de no poder cumplir con los objetivos de este semestre y perderlo”, dijo Lugo. La falla en el suministro de agua impide el funcionamiento de las baterías de baños, 4 en total, que atiende a los 300 alumnos que estudian en la Escuela de Arquitectura. Además de los problemas con el funcionamiento sanitario, “tenemos pequeñas fallas en la infraestructura que complican desarrollar las actividades. El servicio de biblioteca es muy deficiente, sobre todo por el horario. Los obreros han tenido problemas para trabajar correctamente. El archivo de libros no ha sido actualizado”, describió Lugo, entre otros inconvenientes. Se unen a los descrito, problemas en el mantenimiento de los aires acondicionados, “sin ventilación forzada el calor es insoportable”; además, “los equipos e inmobiliarios no se les hace mantenimiento ni se renuevan desde hace mucho y, por ende, hay una mixtura que no es apto para ver clases y menos para impartir la arquitectura”, indicó Rosales y Lugo, haciendo referencia al pasado uso de este edificio como centro siquiatra.
Según los estudiantes, los afectados han consignado documentos a las diferentes autoridades locales y nacionales en busca de una respuesta que permita la pronta solución de sus problemas, “hemos agotado todas las instancias locales, y en días pasados nos dirigimos a la ciudad de Caracas, al Consejo Universitario, para pedir el derecho de palabra y exponer los problemas detallados ante las máximas autoridades de la UCV”.
“Lamentablemente se esperó llegar a un punto donde no pudiese continuar las actividades porque la planta física no da más”, sentenció el presidente de la organización representante de los estudiantes, quien indicó que, desde hace un año, se viene advirtiendo de los problemas desde el centro de estudio. Según los presupuestos ponderados desde la organización estudiantil se necesitarían entre 100 mil ó 120 mil bolívares para la resolución del suministro de agua, causa principal de la suspensión de las clases.
Hacen un llamado a los gobiernos municipal y regional, así como también a las empresas privadas para que contribuyan a solventar los problemas.
Foto: Ángel Zambrano
