I
La fulana Constituyente parece dar tumbos ante el absoluto rechazo de la mayoría del pueblo venezolano. No ha podido la brutal campaña publicitaria de radio y televisión convencer a la gente sobre las bondades de un instrumento diseñado por el régimen para perpetuarse el poder y hacer, como suele decirse popularmente, hacer lo que le da gana con este país. Las horrorosas promociones de la TV con los candidatos no solamente forman parte de un peculado de uso penado por la Ley, sino un buen ejemplo de lo que no debe hacerse. Los mensajes enviados por los “candidatos” son el producto de una pobre imaginación de quien los produjo y poco confiables hasta para el más desprevenido espectador o el más recalcitrante seguidor de las consignas oficialistas. Nadie en su sano juicio tiene la paciencia y la capacidad para escuchar el rosario de promesas de los aspirantes a la ilegal Constituyente. Sencillamente soporíferas, sin contenido, intentando cazar, sin lograrlo, creo, incautos fáciles de convencer de las bondades de una Constituyente cuya ilegalidad esté suficientemente comprobada en todas las instancias. En lo que respecta a la consulta popular del pasado 16 de julio, esta se ha convertido en un hito en la historia de nuestra América Latina y un peso moral increíble como bien lo han mencionado los expresidentes que nos visitaron durante una jornada donde quedó patentizado el civismo de nuestra gente. No hubo necesidad de acompañamientos de la fuerza armada, movilizada, según el ministro de la defensa, para acompañar solamente a los chavistas en un simulacro de pobres resultados.
II
El 16 de julio los reporteros de los impresos estuvieron mucho más activos que los colegas de las emisoras de radio y la televisión. A estos últimos los habían amenazado con cerrarlos si a alguien se le ocurría promocionar o informar sobre el desarrollo de la jornada convocada por la oposición venezolana. Esa prohibición, sin embargo, excluía a los medios oficiales o comprometidos con el gobierno, en un evidente ventajismo, superado afortunadamente por la capacidad de nuestro periodismo y del comportamiento de quienes dominando sus temores salieron a darle el SI a la democracia. En el futuro habrá que mantener la unidad de criterios del 16J cuando se requiera la participación masiva de los venezolanos en la lucha por restablecer el orden social y económico del país. Notable, por otra parte, la movilización de venezolanos en el exterior. Cuando en el monitoreo analizamos ese comportamiento tenemos para destacar la participación de los compatriotas que viven en España. Solo en Madrid se registró un número cercano a los 35.000 en dos mesas ubicadas en Plaza Colón y Puerta del Sol.
III
Y qué decir del paro del jueves. Se cumplió en un 90 por ciento en todo el país a pesar de la intensa e inútil campaña desarrollada por los medios oficiales. En Lara tuvo ese mismo porcentaje de voluntades. Se lamentó, sí, el número de heridos como saldo de un enfrentamiento ocurrido en el este de la ciudad: nuevamente la violencia en pleno desarrollo cuando la sin razón intenta imponerse a los defensores de la democracia. Mientras tanto, el gobierno insiste en la farsa del 30 de julio apoyado en un CNE de muy poca credibilidad a la hora de los conteos. Los votos siempre se han multiplicado a la hora del conteo, solo que ahora ha quedado bien claro sobre la orientación de la mayoría de los votantes. Esos 7 millones del pasado 16 de julio pesan mucho cuando si se quiere manipular cifras inexistentes.
IV
El jueves 20 Colombia celebró su fecha patria de varias maneras, entre ellas la deportiva cuando dos de sus mejores hombres destacaron en la Tour de Francia. Más tarde el presidente Juan Manuel Santos se presentó ante el Congreso y ofreció una visión muy optimista sobre el estado de la nación. Este amado país goza de una sólida democracia a pesar de los esfuerzos hechos por grupos de bandoleros empeñados en crear un mundo socialista-comunista. No lo lograron gracias a sus fuerzas armadas, verdaderos garantes de la democracia, y a un país que los rechazó mayoritariamente, algo que no se hizo en Venezuela en el pasado reciente. Colombia ha sido solidaria con los venezolanos que han llegado en busca de mejores oportunidades para su vida. Sabemos que recientemente han arribado a Cartagena la Heroica más de 400 madres venezolanas a dar luz en los hospitales de la ciudad por falta de recursos en su propio país. ¡Gracias Colombia por tanta generosidad! –es lo menos que podemos decir los que todavía sufren el drama de la Patria herida.