Cualquier no residente en Barquisimeto y Cabudare que nos visite se sorprenderá por la gran cantidad de barricadas en calles y avenidas colocadas por los mienbros de la llamada Resistencia y habitantes de las comunidades.
“Es la única forma que tenemos para protegernos de los colectivos armados y de los guardias nacionales cuando tratan de ingresar a las comunidades para reprimir nuestras protestas pacíficas contra la Constituyente y el Gobierno, y llevarse presos a nuestros hijos”, afirmó una ama de casa en uno de los sectores “blindados” , los que ya se han hecho común en las dos ciudades, junto a las conformadas por árboles.
La mayor cantidad de ese tipo de obstáculos a los órganos represivos está ubicada en Cabudare, concretamente en las urbanizaciones Valle Hondo, El Recreo, Villa Roca, Tabure, El Paraíso, El Trigal, La Hacienda, La Puerta y el tramo vial Tarabana-Agua Viva.
“Sólo faltan las trincheras para que estemos en verdaderos campos de batalla, y temo que también llegaremos a eso si esto no se compone y sigue la represión”, dijo por su parte un joven encapuchado, miembro de la Resistencia.
En Barquisimeto, los cierres con paredes de sacos con arena están en vías públicas, como la calle 1 de Santa Isabel y la avenida Libertador, a la altura de la urbanización El Obelisco, al oeste, la carrera 29 entre 33 y 34, entre otros sectores.
Aunque la mayoría de esas paredes de sacos blancos con tierra son colocadas en horas nocturnas y afectan a las mismas comunidades, éstas las aceptan por razones de necesidad.
Incluso, se sabe de residentes en edificios que se han reunido para proveerse de esa protección como medida de seguridad.
Extraoficialmente se conoció de grupos que los venden a razón de 1.500 bolívares cada saco y en 30 mil el metro cuadrado cuando se trata de tierra llevada en camión.
