El presidente de la República, Nicolás Maduro, no retrocede en su diatriba política, porque está presionado por los sectores radicales que lo obligan a sostener la farsa de la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, cuyo principal objetivo es eliminar el Parlamento venezolano y desconocer a 14 millones de venezolanos.
Así lo manifestó la diputada al parlamento nacional, Larissa González, quien aseguró que una constituyente no solucionará los graves problemas que hoy en día atraviesa el país.
Igualmente destacó que la crisis económica, política y social por la que atraviesa Venezuela se agrava aceleradamente, luego de la consulta realizada el pasado domingo 16 de julio a la que acudieron más de siete millones de venezolanos para expresar su descontento contra el actual gobierno.
«Los saltos de talanquera y la disidencia dentro de las filas del chavismo y de las Fuerzas Armadas pudiera escalar en los próximos días, ya que se sienten convencidos que la ANC es írrita, es otra situación con la que debe lidiar Maduro y a eso también le tiene miedo», sostuvo.
Para la también dirigente del partido Acción Democrática, el control ejercido desde el Consejo Nacional Electoral y del Tribunal Supremo de Justicia, quienes se comportan como ministerios y no como poderes autónomos, es una muestra de ello, «por órdenes ejecutivas suprimieron la convocatoria al Referendo Revocatorio, coartan las funciones de la AN y han apoyado a Maduro para no contarse en elecciones libres; porque saben que más del 90 por ciento de los venezolanos lo rechazan y que sólo por la fuerza puede mantenerse en el poder».
Asimismo agradece las presiones ejercidas en los últimos días por la comunidad internacional, quienes han anunciado que no reconocerán ningún gobierno que surja de la Constituyente.
Considera también que la exigencia a que se convoquen elecciones libres con la participación de observadores internacionales y adicionalmente las amenazas de ejercer sanciones económicas que dejarían al gobierno sin caja en pocas horas, sería muy grave y asusta mucho a Maduro.
«La convicción de saber que no podrán escapar de la justicia porque sus crímenes son terribles y no prescriben, que los amigos y aliados que le permite su chequera cada vez son menos, que no será recibido ni por los cubanos si quisiese escapar y que no serán perdonado por el pueblo al que alguna vez pretendió engañar no sólo le da miedo sino que aterra a Maduro».
Finalmente, Larissa González insistió en que los líderes opositores no tienen miedo, el pueblo no tiene miedo y las constantes amenazas y persecución de los autodenominados obreros «lejos de acobardarnos nos dan las fuerzas que necesitamos para continuar el camino que escogimos transitar, con la firme convicción de que pronto alcanzaremos la solución a la profunda crisis del país, a la reconciliación y a la paz que tanto añoramos los venezolanos».