“Entre las diversas maneras de matar la libertad, no hay ninguna más homicida para la república que la impunidad del crimen o la prescripción de la virtud”.
Mis únicos objetivos son y serán siempre promover la felicidad y la prosperidad de mi propio país excesivamente oprimido”.
Francisco de Miranda.
La tiranía no puede reinar sino sobre la ignorancia de los pueblos…
“¡Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por la Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!”
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco.
Esa, es nuestra genética, que más allá de la transmitida físicamente, es más grande la transmitida espiritualmente. Es la herencia recibida de nuestros padres libertadores que,cual paja sabanera quemada en verano, retoña radiante con las primeras gotas de lluvia del invierno para, cuando crece, ser doblada por la ventisca; se yergue altiva apenas el viento amaina. Así, las épicas leyendas de los héroes independentistas contadas por nuestros ancestros son idealizadas cuando, hechas historia patria, son enseñadas por maestros y profesores que la transforman en nuestra ruta de vida.
Venezuela, la única patria que tenemos, sigue pariendo libertadores, así lo ha hecho desde siempre, cuando los ha necesitado. Los jóvenes actuales han heredado, de manera innegable, el ímpetu de aquellos 800 muchachos, enrolados en la Guerra de Independencia, para inmolarse en la Batalla de la Victoria el 12 de febrero de 1.814 ante la escasez de tropa especializada en combate;adolescentes que tan sólo tenían entre 12 y 20 años de edad, estudiantes de colegios y seminarios caraqueños, incluyendo 85 del Seminario de Santa Rosa de Lima, o de la Universidad Real de Caracas; tenían la mayor probabilidad de que murieran en batalla. De aquellos seminaristas para marzo sólo sobrevivían 6 y para julio, tan sólo 1.
Antes de la conflagración bélica, en su arenga José Félix Ribas, llamado por el Libertador, Simón Bolívar, “El Vencedor de los Tiranos”, dijo a la heroica muchachada: “En esta jornada que será memorable, ni aun podemos optar entre vencer o morir: ¡Necesario es Vencer!”
El tamaño de nuestro éxito será siempre del tamaño de nuestro esfuerzo.
Insisto en la imperiosa y perentoria utilización de la lógica y la razón para actuar con sensatez.
Expresó Nicolás Maquiavelo en sus “Obras Políticas”: No vive seguro un príncipe (gobernante) en su Estado mientras viven los que han sido despojados de él.”
Insiste Maquiavelo en que, lo que hace perder la corona (gobierno) a un rey (gobernante) es violar las leyes del reino (la república) gobernando tiránicamente, asumiendo en él toda la autoridad de la cual despojó al Senado (Parlamento–Asamblea Nacional)…
Y privando a Roma (a un país) en poco tiempo de toda la libertad que había gozado bajo el mando de los anteriores reyes (gobernantes). No bastándole la enemistad con el Senado, se concitó también la del pueblo.
Siempre hay tiempo para rectificar, es lo que podríamos definir como arrepentimiento, como la aceptación del error y, existe un viejo adagio que expresa: “Errar es de humanos, rectificar es de sabios”.
La historia se escribe día a día; la integridad está en hacerlo con principios y valores; con ética y moral; apegados al Estamento Legal vigente a través de la justicia honesta.
¡Viva la República!