Los cuerpos de dos jóvenes permanecían en la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, sin ser identificados. Los hechos se produjeron en distintos sitios y este fin de semana sus dolientes los reconocieron.
El primer hecho sangriento fue en la calle 35 entre carreras 22 y 23 del centro de la ciudad, el pasado jueves 20, cuando supuestamente el joven iba a robar un aire acondicionado y el vigilante de dicho local le disparó.
No fue sino hasta la mañana del sábado que uno de los hermanos lo reconoció a través de unas fotografías y fueron hasta la morgue para ver si la noticia era verídica, en efecto allí contactaron lo peor.
El hoy occiso fue identificado como Luis Rafael Sivira, de 21 años de edad, quien estaba residenciado en el barrio San Lorenzo.
Aparentemente su madre lo habría aconsejado en varias oportunidades, pero el muchacho hacia caso omiso y en ocasiones solía quedarse en la calle, indicó un allegado a la familia.
El segundo en ser identificado fue el joven que fue abatido por efectivos de la Base de Secuestro del Cicpc Lara.
Según la versión policial, el joven era uno de los dos delincuentes que minutos antes habría robado el teléfono celular a un señor por la zona y además le partieron la cara, este fue hasta el cuerpo detectivesco e indicó como andaban vestidos los supuestos ladrones.
Hubo una persecución en la que uno logró escapar y el otro fue abatido, indicaba un parte policial.
El jovencito quien era residente del 23 de Enero, fue reconocido por su familia, era un adolescente de 17 años de edad, de quien aseguran no andaba en malos pasos, creen que los funcionarios lo confundieron e indican que se trata de un estudiante, quien estaba recién graduado de bachillerato.