FOTOS Paro se cumplió pese a la represión

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Pese a las amenazas por parte del Gobierno nacional, los venezolanos acataron el llamado a paro por 24 horas que convocó para este jueves la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). En Caracas, el transporte se paralizó y la sociedad civil trancó las avenidas y calles.

Desde las 6 de la mañana el silencio se apoderó de la ciudad, aun y cuando el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, pidió no tomar en consideración el paro cívico. Poca presencia en el sistema Metro de Caracas y el posterior cierre de las estaciones Bello Monte, Chacao y Altamira, fueron dando forma a lo que se constituye como el rechazo contundente a la Asamblea Nacional Constituyente.

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Paralelo a esto, los adultos mayores comenzaban a cobrar su pensión, por lo que las entidades bancarias reportaron una fuerte jornada.

Para el gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, este jueves se asemejó a un primero de enero dado lo vacío de las calles. Había barricadas en gran parte del Área Metropolitana de Caracas y en el municipio Libertador, se notaba de manera constante la presencia de la PNB –con nuevos uniformes- quienes trataron de impedir que el paro se llevara a cabo. El intento fue fallido pues los habitantes de Los Verdes, en El Paraíso, se alzaron y en respuesta, la guardia tumbó los portones nuevamente y detuvo a dos personas.  El concejal Jesús Armas admitió que el paro se había cumplido en un 70% en este municipio, históricamente manejado por el chavismo.

De igual forma, se reportaron varios heridos por perdigones en Montalbán. “Es mi derecho y no voy a renunciar a él solo porque a Maduro se le ocurra que debamos quedarnos quietos o somos sus enemigos. Está equivocado. Queremos vivir”, dijo una manifestante a EL IMPULSO.

Los funcionarios de “seguridad” no claudicaban en su intento de evitar que la autopista se tomara, aunque no era necesario formar las barricadas pues el tránsito vehicular estaba restringido. Quienes no colocaron barricadas o quemaron cauchos, se mantuvieron en sus residencias, lo cual también era válido para la dirigencia opositora. Comercios con la santamaría baja, vecinos conversando, jóvenes de la resistencia y carteles de “No hay paso” era lo recurrente en el este de Caracas.

 

Arrecia el ataque

Llegó la hora del mediodía y la represión aumentaba su escalada, pero la valentía de los venezolanos no se quedaba atrás. Grupos irregulares aparecieron en Montalbán amenazando con disparos y con lanzar granadas. Mientras que del otro lado de la ciudad se encontraban guardias nacionales en la azotea del canal 8, el “de todos los venezolanos”, accionando bombas lacrimógenas contra quienes se encontraban en Los Ruices. Minutos después, Maduro ordenó la detención inmediata de “terroristas”               que atacaban esta planta televisiva y responsabilizó al alcalde Carlos Ocariz por el episodio de violencia.

La prensa no se salvó. El periodista de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Héctor Luis Caldera, también fue tildado de terrorista y detenido en Los Ruices por funcionarios de la guardia, quienes lo golpearon en el rostro, le amarraron sus manos con la cinta de su credencial-porque no tenían esposas-, y por si fuera poco, lo arrodillaron y asfixiaron con lacrimógenas. Afortunadamente recobró su libertad minutos después, sin teléfono celular ni cargador porque se los robaron. “Yo les decía que era periodista y más me golpeaban”, exclamó a EL IMPULSO. Paralelamente, un camarógrafo de Telecaribe percibió golpes por parte del personal de VTV, quienes robaron su equipo.

El secretario del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), Marco Ruiz, cubría el paro cívico en El Paraíso cuando recibió un impacto de bomba en su casco, quedando destruido. Resultó ileso.

Por su parte, el ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, informó que un GNB recibió un impacto por arma de fuego en su clavícula al momento que se disponía a retirar una barricada en Altamira.

Es importante destacar que los mismos manifestantes están arremetiendo contra la prensa, amenazando con agredirlos si ejercen su trabajo, que precisamente radica en registrar todo cuanto sucede. “Gracias por colaborar”, soltó irónicamente una señora al equipo de EL IMPULSO que se encontraba haciendo un recorrido por varias zonas de Caracas. A su juicio, los periodistas tampoco debían trabajar este jueves. Informar no es delito.

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