El papa Francisco abrió este martes una nueva vía para que alguien sea beatificado, y eventualmente canonizado, si éste dio su vida para salvar la de otros.
«La ofrenda heroica de la vida, suscitada y sostenida por la caridad, expresa una imitación verdadera, plena y ejemplar de Cristo», se lee en un acto legislativo a iniciativa del papa Francisco («motu proprio»).
Esta ofrenda «libre y voluntaria de la vida» se caracteriza por «la aceptación heroica» de una muerte «segura y en breve», estipula el texto.
Podría tratarse, por ejemplo, de personas que hayan tratado enfermos de plagas y hayan muerto producto del contagio, explica un prelado en el diario oficial del Vaticano, el Osservatore Romano.
El futuro beato debe haber llevado una vida ordinaria, respetuosa de las virtudes cristianas y gozar de una reputación de santidad. Sobretodo, la beatificación necesitará de un milagro, obtenido gracias a las oraciones que le serán dirigidas tras su muerte.
La beatificación está reservada a personas destacadas a quienes la Iglesia quiere erigir como ejemplo para los cristianos, que son declarados «beatos» al concluir una investigación minuciosa.
La nueva posibilidad anunciada este martes se agrega a los otros «perfiles» existentes, esencialmente aquellos de «virtudes heroicas» (una vida excepcional) y aquellos que murieron como mártires del «odio a la fe» (de quienes no se requieren milagros).
La agencia de prensa católica I-Média estima que esta nueva definición podría ser aplicada a una joven italiana, cuyo proceso de beatificación está en curso en Roma. Chiara Corbella falleció el 13 de junio de 2012, tras haberse negado a recibir un tratamiento médico que hubiese amenazado la vida del feto del que se encontraba embarazada.